«Nunca he dicho que el despido no fuera legal, pero la empresa se acoge a una nueva ley, en el cómputo de días de baja; y porque les dije que iba denunciarles por acoso laboral». Así resume él su situación.
«Me rompí los tendones de la mano y del hombro y me pusieron a picar un día y otro y otro… Y, al volver de vacaciones, tenían preparado el finiquito», añade.
Desde Inusa, subrayaron ayer que el trabajador faltó largos periodos «en los que sólo justificó algunos días» por los citados motivos de salud y que se le avisó en dos ocasiones antes del despido. Y subrayaron que en cualquier empresa, este absentismo hubiera tenido el mismo final. Rafael Sánchez negó la falta de certificados médicos y que le amonestaran. «Sólo pido que me recoloquen en otro puesto de trabajo, tengo media mano paralizada».
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