La reunión celebrada ayer entre el Comité de Empresa y la Dirección de la multinacional de cableado para automóviles Lear, sobre lo que ha de ser el expediente de cierre de la fábrica de Avila, concluyó sin acuerdo, aunque con un "acercamiento" de posturas, ha dicho a Efe la presidenta del Comité, Paloma Nieto.
Mientras los representantes de los trabajadores han rebajado su petición de incremento salarial del 6,5 al 6% para los 319 empleados que aún permanecen en la factoría, los directivos han ofrecido un cuatro%, que contrasta con el 2,06% que plantearon como alternativa el pasado 3 de enero.
Si la oferta de entonces fue tachada por los representantes de los trabajadores como "claramente insuficiente", Nieto ha considerado que la propuesta actual, "aunque está lejos, supone un acercamiento de posturas".
Para continuar negociando sobre las condiciones del expediente de cierre de la empresa, ambas partes se han citado nuevamente el próximo 29 de enero, aunque la presidenta del Comité de Empresa ya ha advertido: "en estas condiciones, no firmaremos".
En este contexto, Paloma Nieto ha señalado que es la Junta de Castilla y León la que "tiene que resolver" la situación y a su juicio no lo hará hasta que Comité de Empresa y Dirección no lleguen a un acuerdo.
Nieto ha recordado que, a diferencia de la negociación de otros años, en esta ocasión no se trata de un convenio colectivo, sino del cierre de la fábrica, de ahí que considere que Lear "debe compensar a los empleados".
La empresa anunció el pasado 23 de noviembre que el cierre definitivo de su fábrica en Avila se producirá el próximo mes de julio, aunque el cese de la actividad productiva está previsto para el 31 de marzo.
Esta situación se produce tres años y medios después de que la factoría llegara a tener más de 1.500 trabajadores.
Sin embargo, el fenómeno de la deslocalización comenzó a hacer mella y a principios de 2006 se dio a conocer el primer Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que, tras el despido de 265 de los 905 trabajadores que entonces integraban la plantilla, dio paso a un segundo ERE que dejó en la calle a otros 346 empleados.
Esta fábrica, que lleva implantada en Avila diecisiete años, cuenta con una plantilla integrada por mujeres en un 80%.
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