El grupo General Motors, primer fabricante mundial de automóviles, pondrá en marcha a lo largo de este año un plan de bajas voluntarias en Estados Unidos dirigido a 46.000 trabajadores que, junto a las medidas para recortar prestaciones sanitarias, permitirá al grupo reducir sus costes laborales en 5.000 millones de dólares (3.400 millones de euros hasta 2011).
Así lo anunció el presidente de General Motors, Richard Wagoner, en una conferencia con analistas, en la que repasó la buena marcha del plan de reestructuración puesto en marcha en 2005, que ha permitido reducir los costes estructurales de la corporación en Norteamérica en 9.000 millones de dólares (6.122 millones de euros), tras eliminar 34.000 puestos de trabajo, entre otras medidas.
El grupo confirmó su objetivo de rebajar los costes estructurales hasta situarlos en el 25% de los ingresos en 2010, frente al 34% en 2005. Actualmente, se sitúan por debajo del 30% y el nuevo objetivo de la multinacional es reducirlos hasta el 23% de la facturación en 2012.
La empresa subrayó además la importante mejora en materia de costes derivados de prestaciones sanitarias, que desde 2010 se situarán en torno a 1.000 millones de dólares anuales (680 millones de euros), cuando en los últimos quince años el gasto medio anual asciende a 7.000 millones de dólares (4.672 millones de euros).
General Motors destacó la fortaleza de su posición financiera, con una liquidez de 27.000 millones de dólares (18.367 millones de euros), y avanzó que sus inversiones en producto crecerán ligeramente en 2008, hasta 8.000 millones de dólares (5.442 millones de euros).
Por lo que respecta a la filial europea, el consorcio hizo hincapié en el progreso conseguido pese a los problemas del mercado alemán. Gracias a la implementación de su estrategia multimarca, General Motors Europe vendió más de dos millones de vehículos en 2007, apoyado en el fuerte crecimiento de Chevrolet y en los mercados de Rusia y Europa oriental.
La empresa reiteró su estrategia de utilizar su capacidad de producción al 100% o más en los países con mayores costes laborales, al tiempo que pronosticó una recuperación del mercado automovilístico estadounidense a partir de 2009, lo que aportaría a su beneficio bruto entre 1.000 y 1.500 millones de dólares anuales (entre 680 y 1.020 millones de euros).
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