Tres trabajadores despedidos de la planta de Seat en Martorell (Barcelona) iniciaron ayer una huelga de hambre indefinida para exigir a la empresa el reingreso de los 66 trabajadores afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de 2005 y a quienes la empresa comunicó hace 10 días mediante un burofax que no podrían reincorporarse por haber finalizado el plazo y que recibirían la compensación correspondiente.
Según ha explicado el portavoz de la Asamblea de Despedidos de Seat, y uno de los huelguistas, Diosdado Toledano, los trabajadores se han visto "abocados" a tomar esta medida porque tras "dos años de lucha", aseguró, que no tolerarán que nadie "quede excluido de reingresar".
"Sabemos que la empresa quiere discriminar a los que presentaron una demanda y obtuvieron una sentencia desestimatoria, lo cual explica por qué ninguno ha sido llamado a incorporarse al trabajo", ha afirmado Toledano.
El portavoz del colectivo recordó que el "fraude" que supuso el ERE de 2005 "queda demostrado" tras la declaración de nulidad obtenida por 33 trabajadores y conocerse la semana pasada un par de sentencias del Tribunal Supremo (TS) que desestimó los recursos de Seat y obligó a la automovilística a readmitir a 10 de estos despedidos nulos.
Además de los 23 despidos nulos pendientes de una resolución del TS, Toledano ha recordado que quedaron fuera de Seat otros 66 trabajadores, que fueron "claramente discriminados". El sindicalista ha criticado la "inhumanidad" del ERE, puesto que despidió a trabajadores con "graves disminuciones" y con dificultades de reinserción y, según demostraron las sentencias de nulidad, se "castigó" a los afiliados a CGT y trabajadores "más combativos".
Responsabilidad de la administración
Con motivo del inicio de la huelga de hambre una cuarentena de trabajadores despedidos se concentraron ante la Conselleria de Trabajo para exigir a la Administración que "use los instrumentos de que dispone para que el largo conflicto termine", sostuvo Toledano.
Los manifestantes gritaron consignas contra la consellera de Trabajo, Mar Serna, y lamentaron que "no haya respondido" a su solicitud de mantener una reunión."Es también su responsabilidad, puesto que la Generalitat aceptó el ERE que ha resultado ser un escándalo", añadió el responsable de la Federación del Metal de CGT, Diego Rejón.
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