Expedientes de regulación de empleo sin autorización administrativa, contratos temporales de mayor duración y menos limitaciones para el cómputo de las horas extraordinarias. Este es el escenario laboral que le gustaría a la industria automovilística para afrontar la desaceleración económica (verdadero bajón para algunos), acompañado, eso sí, de mejoras en la formación profesional y también en la ocupacional, donde quiere que participen sus propios expertos para que los cursos impartidos “respondan a las necesidades y oficios demandados por los fabricantes y sus servicios de postventa”. Estiman que por este camino se podría mantener e incluso incrementar la competitividad de un sector que genera el 5% del producto interior bruto (PIB) y concentra casi la cuarta parte de las exportaciones.
La patronal de los productores de coches y camiones (ANFAC) quiere reunirse con el responsable del próximo Ejecutivo en un plazo breve de tiempo tras su toma de posesión, que podría tener lugar para principios de abril. Aún conscientes de lo cargado que tendrá su agenda, desean que tome conciencia de los problemas de un sector que parece haber cerrado ya su última etapa de ‘vacas gordas’ y trata ahora de resituarse, después de que en 2007 haya bajado un 1,2% el número de matriculaciones de turismos (1,61 millones en total), si bien la venta de vehículos todo terreno, comerciales e industriales mantuvo una fortaleza similar y llegó a cifras históricas.
Su objetivo es lograr a los tres millones de automóviles fabricados (el año pasado fueron 2,88 millones) y que un porcentaje muy alto de los mismos se vendan a otros países (en 2007 la cuota de exportación fue del 83%), pero cree que sin la colaboración de la Administración no se podrá lograr, sobre todo en el área sociolaboral. Aquí ponen el énfasis en el elevado índice de absentismo laboral “injustificado”, al que ven como “un importante problema que afecta, de manera muy significativa, a la productividad y, por tanto, a la competitividad de nuestras empresas”. A su juicio, los números ‘cantan’. El último ejercicio se perdieron 6,7 millones de horas de trabajo, 300.000 más que en 2006, lo que supone el 7% del total, “el punto más alto de la historia”, destacan.
Este volumen de horas perdidas equivale, según denuncian los fabricantes, a la ‘destrucción’ de casi dos tercios (el 64%) de la producción de una factoría con una plantilla de 8.000 trabajadores a dos turnos, es decir, 272.000 turismos que quedarían fuera de la cadena de montaje. En términos económicos, y si se suma el efecto negativo del absentismo a lo largo del período 2000-2007 (más de 51 millones de horas en total), el quebranto para la industria del sector superaría los 26.000 millones de euros. A fin de reducir el efecto de un problema que creen “complejo” y en el que ven “una amenaza real para el empleo”, reclaman que haya un control en la concesión y duración de las bajas (facultando para ello a los médicos de las propias empresas y las Mutuas), y también “más concienciación social”.
Menos costes laborales
Su lista de peticiones, que trasladarán a la Administración esta primavera, también incluye la sustitución de la autorización oficial para los EREs por un procedimiento “reglado” de negociación y consulta entre empresas y trabajadores, “como ocurre en casi todos los países de la Unión Europea salvo España y Holanda”. A su vez, reclaman un contrato temporal que dure más, “ligado a la vida media del producto y aproximado a las de los ciclos económicos”, y otro de carácter “relevista”, que “logre rejuvenecer las plantillas y mantener el empleo” (entre puestos y directos, superan el 9% de la población activa). Demandan, además, una rebaja de las cotizaciones sociales en compensación por las sumas que las compañías invierten en la formación de sus trabajadores (60 millones de euros en 2006).
La alternativa a una intervención mucho menor del Estado y las comunidades autónomas pasa, según ANFAC, por potenciar la negociación colectiva y los convenios de empresa. Respecto al ámbito fiscal, piden que la carga impositiva a este sector se mantenga “neutra” (eso sí, con nuevas reducciones de tipos en la tributación por sociedades y actividades económicas) y que se recuperen los incentivos a la renovación del parque automovilístico, eliminados por el Gobierno desde el pasado 1 de enero (en 2007 se acogieron un 26% menos de vehículos al Plan Prever, con 320.687 bajas) después de que en los últimos diez años hayan desaparecido de aquel 3,3 millones de coches. Por último, solicitan que se retrase tres años más, hasta 2015, la nueva normativa sobre emisiones contaminantes de CO2.
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