La oferta lanzada por CaixaBank para hacerse con el control del Banco Portugués de Inversión (BPI) incluye «sinergias a nivel de costes» de unos 45 millones de euros en el capítulo de personal, lo que supondría la salida de en torno a 1.000 empleados, casi un 12% del total.
Así figura en el informe elaborado por la entidad portuguesa para analizar la propuesta de la firma española, y que incluye una estimación sobre la reducción de la plantilla que es destacada hoy por la prensa lusa.
En la OPA presentada por CaixaBank hace un mes, el banco catalán calculaba que las «sinergias» resultantes de «procesos de optimización y reducción de costes de personal» representarían un ahorro de hasta 84 millones de euros.
De éstos, 45 millones procederían de una disminución del número de empleados de la entidad lusa, donde actualmente trabajan unas 8.500 personas, el 30% en su división en África.
Los gestores de BPI calcularon que estas previsiones económicas equivalen «a la salida de cerca de 1.000 empleados, tomando como base los costes de personal medios y los costes medios con jubilaciones anticipadas registrados en 2014 y 2015».
El Consejo de Administración del banco luso -el quinto más importante del país por volumen de activos- consideró este martes «oportuna» la oferta lanzada por su principal accionista, CaixaBank, aunque juzgó que el precio ofrecido (1,113 euros por acción) no refleja el valor real de la entidad.
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