El director ejecutivo de Malaysia Airlines, Christoph Mueller, ha anunciado que la compañía se declara en «quiebra técnica», una figura que en España se correspondería con el paso previo al concurso de acreedores. «Estamos técnicamente en quiebra (…) el descenso comenzó mucho antes de los trágicos eventos del 2014», señaló el directivo alemán, contratado hace un mes, durante una rueda de prensa.
Mueller también ha hecho públicos los despidos. Dentro de la profunda reestructuración de la aerolínea, 6.000 empleados se verán afectados por los recortes, lo que supone un tercio de la plantilla.
Malaysia Airlines llevaba varios ejercicios con pérdidas cuando dos accidentes aéreos la pusieron en una delicada situación en 2014. El 8 de marzo de 2014, el vuelo MH370 con 239 personas a bordo desapareció cuando realizaba la ruta Kuala Lumpur-Pekin.
Cuatro meses más tarde, el vuelo MH17 fue derribado con 298 personas a bordo en el este de Ucrania por un misil en una zona en la que combatían fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos.
Todos los trabajadores despedidos tendrán hasta el próximo 12 de junio para tomar la decisión de aceptar o rechazar la oferta. «Emprenderemos la segunda ronda (de reformas) dentro de dos semanas», aseguró Muller.
Mohamad Faiz Azmi, director ejecutivo de PricewaterhouseCoopers (PwC), fue el encargado de firmar los despidos tras ser nombrado hace una semana administrador de Malaysia Airlines.
El nuevo administrador dirigirá la disolución de Malaysia Airlines System Berhard y la constitución de Malaysia Airlines Berhar para el próximo 1 de septiembre.
La nueva aerolínea -en la que trabajarán los dos tercios de empleados de la anterior- tendrá un tamaño más manejable y sus operaciones se centrarán fundamentalmente en Malasia.
El director ejecutivo de Malaysia Airlines señaló antes de los despidos que las operaciones proseguirán con normalidad sin que la transición afecte a los vuelos previstos y reservas hechas.
Mueller, de 52 años, obtuvo el respeto en el sector al dirigir el reflote de la compañía aérea irlandesa Aer Lingus cuando se encontraba al borde de la ruina por el aumento de los costes, la crisis financiera y la competencia de las compañías aéreas de bajo coste.
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