La desarrolladora de videojuegos Rovio, responsable de la franquicia Angry Birds, ha anunciado que realizará el despido de 110 de las personas de su plantilla, que actualmente se sitúa en unas 800 personas en todo el mundo, como parte de una «reorganización» de la compañía.
A esa medida se sumará el cierre de su estudio de desarrollo de videojuegos en Tampere, Finlandia, en un movimiento claro para tratar de ajustar costes y tratar de enfrentarse al futuro. Las malas noticias, no obstante, son ligeramente mejores de lo que se esperaba cuando Rovio avisó de futuros despidos el pasado mes de octubre.
De hecho se estimaba que los recortes ascenderían a 130 empleados, pero finalmente esa cifra «se reducirá aproximadamente a 110 empleados». En Rovio han creado varios puestos para solicitudes de personal de la actual plantilla, de modo que el número final de despidos dependerá en cómo se ocupan esas vacantes.
Las operaciones de Rovio en Finlandia se centrarán ahora totalmente en Espoo, donde la empresa tratará de recuperarse de unos resultados que apuntan a una desaceleración clara de su negocio.
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