Lejos de la votación ajustada de 2014 y la polémica herenica de Gerardo Díaz Ferrán, la sucesión de Juan Rosell al frente de la CEOE ha sido tranquila, con un candidato único y aclamación:Antonio Garamendi, presidente hasta ahora de Cepyme y número dos de la patronal, que ya compitió con Rosell por el mismo cargo hace cuatro años. De esta forma culmina un proceso que se abrió oficiosamente a mediados de septiembre y que pone fin a una etapa caracterizada por la recuperación de la economía y el diálogo social.
Tras su proclamación, Garamendi será el quinto presidente de la patronal, tras Carlos Ferrer Salat, José María Cuevas, Gerardo Díaz Ferrán y Juan Rosell, que deja la cúpula de la organización tras ocho años en ella.
Más de 700 compromisarios habían sido llamados a participar en los comicios, que han comenzado esta mañana a las 10:30 (en segunda convocatoria) y a los que se había presentado sólo el empresario vasco con 137 avales en representación de 43 organizaciones.
Balance de Rosell
Antes de la elección de Garamendi ha tomado la palabra su antecesor, Juan Rosell quien ha hecho balance «razonablemente correcto» de su gestión al frente de la organización empresarial, «más a nivel interno que externo».
Durante su intervención en la Asamblea Electoral de la CEOE, en la que ha pasado el testigo a Antonio Garamendi ha agradecido a su equipo en CEOE, su familia y colaboradores su labor estos últimos ocho años. «No han sido unos años fáciles ni a nivel general ni en clave interna», ha dicho afirmado Rosell.
En este sentido, ha afirmado que en estos años se ha encontrado «con unas administraciones muy encerradas en sí mismas y con situaciones ridículas e incomprensibles», algunas de las cuales se habrían solucionado con «voluntad política».
Rosell ha concluido que durante sus dos mandatos ha intentado «ser prudente pero rotundo», así como de sumar y no restar rechazando la improvisación de la que ha dicho que «parece estar de moda». Una velada alusión al Ejecutivo de Sánchez. «No he querido ser víctima de mis palabras pero incluso, cuando no las he dicho, han comenzado los ataques. Para hablar en nombre de todos hay que extremar la prudencia, acertando en el contenido en el fondo, la sustancia», ha confesado el ya expresidente de CEOE.
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