l vicepresidente de Samsung Electronics, Kwon Oh-hyun, que ha estado presidiendo de facto la empresa tras el encarcelamiento de Lee Jae-yong, anunció hoy que no renovará su mandato, que expira en marzo de 2018. La dimisión llega en un momento agitado en las oficinas de la compañía, que contrastan con la previsión de beneficio donde se espera que la compañía gane un 279% más entre julio y septiembre
A punto de cumplir 65 años, Kwon ha encabezado al gigante tecnológico desde que en febrero el heredero del imperio Samsung fuera detenido por su implicación en el caso de corrupción de La Rasputina y condenado posteriormente a cinco años de prisión.
Doctorado en ingeniería eléctrica por la universidad de Stanford, Kwon se unió por primera vez a Samsung Electronics en 1985 y fue nombrado consejero delegado por la junta directiva en 2012.
«Es algo en lo que he estado pensando durante bastante tiempo. No ha sido una decisión fácil, pero siento que no puedo aplazarla más», ha explicado en un comunicado remitido por la compañía.
«Dado que nos enfrentamos a una crisis sin precedentes interna y externa, creo que ha llegado el momento para que la compañía vuelva a empezar de cero, con un espíritu nuevo y un liderazgo joven que responda a los desafíos que se plantean en las rápidamente cambiantes industrias de las tecnologías de la información», añade.
Ganará un 279% más en septiembre
Kwon ha jugado un papel clave en el espectacular crecimiento que Samsung ha mostrado en el sector de los chips de memoria, rama de negocio que presidió desde 2011 hasta la actualidad, lapso en el que el gigante surcoreano se ha convertido en el mayor fabricante de memorias del mundo.
La empresa presentó hoy precisamente su previsión de resultados para el tercer trimestre, donde desvela que espera obtener un beneficio operativo de unos 14,5 billones de wones (unos 20.812 millones de euros/12.787 millones de dólares). Esto supondría un 279% interanual más y una nueva ganancia operativa récord para el periodo julio-septiembre.
Sin embargo, tal y como subraya Kwon, el excelente rendimiento de la empresa no disipa la preocupación en Samsung por el futuro a corto-medio plazo ante el progresivo desbaratamiento de su cúpula.
Antes de ser detenido, Lee Jae-yong ya había tenido que tomar las riendas de la compañía desde que en 2014 un infarto dejó a su padre, que aún hoy es presidente de la compañía, postrado en cama y totalmente inhabilitado.
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