El empresario catalán Juan Rosell ha sido reelegido este miércoles presidente de la CEOE para un segundo y último mandato por 345 votos de los 660 emitidos (52,2%). Hace cuatro años, Rosell salió elegido con un apoyo del 62,5% en su enfrentamiento con el andaluz Santiago Herrero.
Su rival en estas elecciones, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, ha obtenido 312 votos. Además, se han emitido tres votos en blanco y ninguno nulo.
El resultado de los comicios se conoció poco después de las 13.00 horas, en medio de un ambiente de expectación. La participación ha rozado el 86%.
Los dos candidatos recibieron la noticia en primera fila de la Asamblea Electoral, celebrada en el Palacio Municipal de Congresos.
Rosell, nacido en Barcelona en 1957, se presentó a las elecciones con un programa titulado ‘CEOE 2015-2018: Futuro y propuestas concretas’, en el que condensa los objetivos para los próximos cuatro años.
En materia de relaciones laborales, Rosell aboga por introducir más flexibilidad, simplificar las modalidades de contratos, potenciar el salario variable con objetivos definidos y aligerar el papeleo en cuanto a contratos, recibo de salario y notificaciones entre las partes.
El empresario catalán está convencido de que la negociación colectiva debe acercarse más a las necesidades diarias de las empresas, especialmente de las pymes, y apuesta por incrementar las horas extraordinarias, mayor adaptabilidad en la distribución de jornada y adecuar la movilidad funcional.
También Rosell aboga por reducir la carga fiscal que soportan las empresas mediante una rebaja de cotizaciones, hasta los niveles del entorno europeo, por reformar el modelo de formación profesional para el empleo, partiendo del protagonismo de las empresas, y por optimizar la colaboración con las mutuas e insistir en su naturaleza privada.
INTERNACIONALIZACIÓN Y CAMBIOS INTERNOS
Por otro lado, Rosell también vuelca gran parte de su ‘programa’ en la apuesta por la internacionalización de las empresas. Propone implantar colaboradores externos o apoyarse en organizaciones homólogas a la CEOE para identificar oportunidades de inversión para las empresas españolas.
Rosell avanzaba además en su programa que pretende dotar a CEOE de un «órgano consultivo potente» con la participación de expertos y responsables de organizaciones miembro especializados en internacionalización.
A nivel interno, quiere que las organizaciones miembro refrenden y se apliquen el Código Ético y de Buen Gobierno que ya afecta a la cúpula de la patronal, y se propone seguir simplificando la estructura de la CEOE, especialmente en el campo administrativo, y reforzar las áreas técnicas de apoyo a las políticas prioritarias de la organización.
En este sentido, pretende actualizar las comisiones, crear una Junta Técnica Sectorial de organizaciones que no participan en la Junta Directiva, y otra Territorial de organizaciones autonómicas.
Rosell apuesta también por que CEOE y Cepyme sean complementarias y conseguir que la organización de autónomos CEAT sea «plenamente representativa.
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