La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) ha nombrado presidente a Fernando Morcillo Bernaldo de Quirós, quién ya ejercía como director general desde el año 2012.
Fernando Morcillo, nacido en Madrid, es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, diplomado en Ingeniería Ambiental y cursó estudios postgrado en Economía Empresarial. Desde 1977 ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la ingeniería, la construcción y la explotación de plantas, servicios y sistemas de depuración y tratamiento de aguas, tanto urbanas como industriales. A partir de 1993 se especializa en la gestión y dirección de organizaciones relacionadas con la gestión del agua y el medio ambiente, tanto del sector público como privado o mixto.
Morcillo posee una amplia experiencia en el sector. Entre otros cargos, ha sido jefe del Servicio de Explotación en Sociedad Española de Aguas Filtradas, jefe del Departamento de Depuración del CANAL DE ISABEL II, director de la División de Aguas de A. y Construcciones ELSAN, S.A., director general de ELSAGUA, director técnico de Diversificación de la constructora OHL, director de Aguas de INIMA y subdirector de Planificación y Control de Gestión del CANAL DE ISABEL II.
Ha sido consejero de diversas empresas españolas e iberoamericanas del sector y miembro de comités de gerencia y administrador de diferentes UTE (Uniones Temporales de Empresas) y AIE (Agrupación de Interés Económico). Ha colaborado con las asociaciones profesionales del sector como AGA, ADECAGUA, AWPCA, CENTA, o EUREAU, y fue el ponente español en el SEMINAR ON WASTE-WATER MANAGEMENT de Naciones Unidas.
Morcillo asume la presidencia de la AEAS en un momento clave para el desarrollo legal del sector. En palabras del nuevo presidente, «debemos trabajar por recuperar y acrecentar la inversión en infraestructuras básicas para el desarrollo de nuevos servicios, en línea con la estrategia europea para conseguir que principios como «cobertura de costes», asignación de cargas a los usuarios – el «pago por uso»-, y «quien contamina paga» terminen de permear en las administraciones públicas y en los usuarios, frente a ocurrencias y derivas menos realistas y eficaces. Siempre sin olvidar los retos técnicos, cada día más complejos y especializados, que ayudarán a la sostenibilidad y eficiencia de los servicios urbanos del agua».
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