Las pymes suponen el 99,8% del tejido empresarial español, aportan el 65% del PIB y generan el 75% de los puestos de trabajo. Estas cifras muestran el valor que brindan al crecimiento y a la creación de empleo en Europa y, por ello, el 12 de mayo se celebra el Día Europeo de las Pymes.
Los últimos años están siendo complicados para las pymes y autónomos, ya que la desaceleración de las ventas y los bajos niveles de productividad han afectado a su rentabilidad y desarrollo. Qonto, la solución financiera líder en Europa para pymes y autónomos, elaboró un informe para profundizar en esta y otras cuestiones llamado “El estado de las pequeñas y medianas empresas en Europa”. En el mismo, se recopilan los datos y opiniones de más de 2.000 directivos de las pymes de los países en los que opera, entre los que se encuentra España. En este sentido, cabe señalar que la inflación fue el factor que incidió más negativamente sobre los resultados de las compañías encuestadas, con diferencia. En nuestro país, el 61% de los directivos destacó que fue el gran obstáculo para su progreso.
Las pequeñas y medianas empresas españolas han percibido el acceso a la financiación, la escasez de la demanda y a las deficiencias operativas como los tres principales obstáculos que han tenido que sortear en el último ejercicio y que han afectado en mayor medida a sus resultados empresariales. En lo que respecta a la financiación, casi cuatro de cada diez (39%) pymes se enfrentan a desafíos como la falta de flujo de efectivo, la dificultad para obtener préstamos y créditos y los altos costes derivados de los intereses.
Atendiendo al segundo obstáculo, el 39% de las pymes se han visto afectadas por una disminución de la demanda. Según arroja el barómetro de Qonto, la inflación se encuentra entre los principales motivos que han motivado este descenso.
Tras un 2023 marcado por la desaceleración de la actividad para las pequeñas y medianas empresas en España, el rumbo en el primer trimestre de este año no ha variado significativamente. Según la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), las empresas continúan viéndose afectadas por la incertidumbre económica y la preocupación por las dificultades para encontrar mano de obra cualificada.
De cara a afrontar la segunda parte del año, los principales retos de las empresas según los últimos indicadores son la desaceleración de las ventas, la tendencia decreciente de la productividad y la integración de la tecnología en sus procesos.
Las pequeñas y medianas empresas, que sufrieron las consecuencias de la desaceleración de las ventas en 2023, se marcaron como prioridad para este año captar nuevos clientes. En este sentido, de cara a final de año, las pymes son optimistas en cuanto a sus ingresos, y es que un 86% de los directivos confía en aumentar su facturación este curso.
Otro de los grandes desafíos es incrementar la productividad de las empresas españolas: a cierre de 2023, ésta descendió en un 0,7% respecto al último ejercicio y sigue un 4.9 % por debajo de la de 2011. En este sentido, los empresarios encuestados por Qonto indican que las deficiencias operativas, la ineficiencia en las tareas administrativas y las complicaciones en la cadena de suministro son factores de preocupación. También mencionan la gestión optimizada de las finanzas como uno de sus principales retos para ganar en eficiencia. Como contrapunto positivo, las pequeñas y medianas empresas lograron el año pasado una reducción interanual de un 0,7% en los costes operativos.
Por último, las pequeñas y medianas empresas españolas identifican a la integración de la tecnología en todos sus procesos como una de las palancas troncales de crecimiento en 2024. Adoptar nuevos productos y servicios es uno de los principales retos para las pymes, pero abordarlo vale la pena teniendo en cuenta que la tecnología fue el segundo factor que más contribuyó positivamente al crecimiento en 2023. En este sentido, el 78% de los directivos se ha mostrado optimista en cuanto a la adopción de las herramientas financieras digitales, en línea con un 76% que contempla con optimismo la integración de la IA en sus procesos.