La idea de pasar del modelo laboral tradicional a una fuerza de trabajo que opera en remoto, no es nada nueva. Sobre el papel. Lo cierto es que se ha teorizado mucho sobre la importancia y/o conveniencia de implementar modelos de trabajo más flexibles en los que se pudiera combinar el trabajo en la oficina con el trabajo en rdaemoto. De hecho, muchas áreas operan en movilidad con normalidad (comercial, almacén, etc.), sin embargo, la decisión de implementar abiertamente modelos más flexibles no acababa de despegar en el ecosistema pyme.
La crisis sanitaria y la consiguiente recesión económica ha impulsado el cambio, primero, por la necesidad imperiosa de dar continuidad a los negocios, salvaguardando la seguridad de los empleados. Y, segundo, por los múltiples beneficios, incluido el ahorro de costes que implica el trabajo en remoto. Flexibilidad, autonomía, creatividad, conciliación y mejora de los niveles de satisfacción laboral, son algunas de las ventajas del trabajo fuera de la oficina.
Isabel Pomar, CEO de Datisa dice que “está claro que no todos los trabajos son susceptibles de hacerse en remoto. Y que no todas las empresas tienen la cultura adecuada para impulsar estos modelos. Pero, en los casos en los que sí se pueda, vale la pena analizar, objetivamente, los datos del trabajo en remoto en cuanto a productividad, costes operativos, restricciones geográficas para nuevas contrataciones, desplazamientos, rotación, incluso, contribución en la protección del medio ambiente. Como todo, con la información en la mano, será más fácil tomar la decisión adecuada”.
La nube o, mejor dicho, como explican los expertos de la firma española de ERP para pymes, las plataformas que operan en la nube han hecho posible la transición al trabajo en remoto. La combinación de ordenadores portátiles, monitores de bajo coste y cámaras de alta resolución con aplicaciones en modo SaaS, herramientas colaborativas y de comunicación potentes, sistemas de almacenamiento en la nube, redes de alta velocidad y soluciones de seguridad end to end, ha hecho posible que las pymes aterrizaran a la realidad una idea sobre la que llevaban años teorizando.
En este contexto de cambio, convulso, disruptivo e inestable, el ERP en la nube, flexible, potente y funcional de Datisa ha facilitado el acceso en remoto a todas las funciones clave de la empresa. Y, ha conseguido, no solo que muchas pymes pudieran proporcionar la estabilidad que necesitaban para impulsar la continuidad de sus negocios, sino que ha buscado la rentabilidad en todas y cada una de sus operaciones.
Por lo tanto, el ERP en la nube de Datisa facilita la evolución hacia la definición de una pyme conectada y remota. Es una solución de gestión de recursos empresariales integrada, con amplia cobertura funcional y fácil de usar. Pero, además, la aplicación de tecnología propia en sus desarrollos y el compromiso de la prestación de servicios adicionales conforman parte del valor diferencial de esta solución. Un valor diferencial que se complementa con sus altas dosis de flexibilidad y su capacidad de integración con plataformas de terceros lo que hace que su escalabilidad, su seguridad y su funcionalidad facilite la continuidad de los negocios durante la pandemia y mucho después.
La crisis del COVID-19 paradójicamente impulsará el cambio del ecosistema pyme, acelerando la implementación de soluciones en la nube y los modelos de trabajo híbridos en los que se operará indistintamente desde la oficina, desde casa, o desde cualquier otra ubicación. En términos generales, los especialistas de Datisa señalan algunas reflexiones que podemos extraer de estos meses críticos:
- Más movilidad y mejor comprensión del negocio: facilitar el acceso directo a las plataformas comerciales o a las funciones de gestión financiera, o a datos concretos en tiempo real, desde cualquier lugar con acceso a Internet, optimiza no solo las operaciones comerciales sino la rentabilidad del negocio. Garantizar la conexión ininterrumpida no implica la conexión permanente sino la colaboración fluida y la flexibilidad necesaria para responder con la agilidad y precisión que demanda el nuevo escenario.
- Más eficiencia en las operaciones: trabajar en remoto, más incluso, si se hace por primera vez, puede ser crítico, y a la vez, desafiante. Por fortuna, la tecnología en la nube ha mostrado la mejor versión de sí misma y ha facilitado la conexión 24X7 lo que ha permitido a los equipos directivos, dedicar más tiempo a gestionar los aspectos más estratégicos del negocio. Informes más detallados, seguimiento analítico de la rentabilidad o una relación más estrecha con los clientes, a pesar de la distancia, son los resultados positivos de las posibilidades que ofrece la nube.
- Gestión financiera virtual: controlar el funcionamiento, o los datos diarios del negocio, proporciona la información necesaria para tomar decisiones precisas y en tiempo real.
- Prioridad a la transformación digital: la pandemia ha acelerado los procesos de transformación digital en el entorno pyme. Por primera vez se ha visto, sobre situaciones reales, la necesidad de implementar procesos más digitales. Esto hace que las previsiones a medio plazo sobre implementación tecnológica, automatización de procesos y, en general, digitalización, sean más optimistas que nunca.
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