El Fórum de Jóvenes de ADEFAM, en colaboración con Fórum Familiar del IEF, ha analizado en una jornada las claves en las relaciones entre empresarios de dos generaciones diferentes. La cita contó con la participación de Juan Suárez, director creativo de Aristocrazy; Adriana Domínguez, consejera delegada de Adolfo Domínguez; Manuel Muñiz, decano del Instituto de Empresa; y Salvador Aragón, CIO de Instituto de Empresa.
Juan Suárez, director creativo de Aristocrazy, aseguró que la creación de la firma que dirige surgió de un proyecto de intraemprendimiento que la generación anterior apoyó sin fisuras y consistió en “tratar de ver cómo sería la joyería del futuro”. “El modelo de negocio que funcionó con nuestros padres no iba a funcionar ahora, por eso tuvimos que aplicar innovación, que está presente en nuestro día a día para seguir adelante. Sin embargo, fueron los mayores quienes, con su experiencia, supieron mejorar el proyecto”, dijo.
Suárez subrayó la importancia de que las nuevas generaciones de empresarios familiares sepan gestionar la convivencia en el poder con la generación anterior, y marcó como uno de los retos más importantes de cara al futuro la retención del talento. En relación con este punto, incidió en la necesidad que tiene la empresa familiar de innovar y adaptarse a las exigencias de la nueva sociedad para seguir adelante.
Adriana Domínguez, consejera delegada de Adolfo Domínguez, aseguró que las familias empresarias “tienen más facilidad para comprender el legado de la empresa y, por tanto, para seguir adelante ante la adversidad”. “Muchas veces las mejores oportunidades se producen en el peor momento para la compañía”, dijo, e hizo hincapié en la importancia del empoderamiento de las nuevas generaciones: “Es responsabilidad de las generaciones más jóvenes estar constantemente empujando y no esperar a que los mayores les cedan el testigo”.
Sobre la atracción y retención del talento, Adriana Domínguez afirmó que muchas veces “el talento está fuera de los grandes circuitos”. Domínguez, además, subrayó la importancia de “cambiar las cosas desde abajo” y puso en valor la “intuición de los fundadores a la hora de tomar decisiones”.
Adaptación al entorno digital
El profesor Manuel Muñiz, Decano del Instituto de Empresa, habló sobre el impacto de la transformación digital en la sociedad y en la empresa: “Estamos en un proceso de transformación sin precedentes, por la velocidad a la que se está produciendo y por su profundidad”. Muñiz se mostró preocupado por el proceso de concentración de la innovación y el talento tecnológico en países como China y Estados Unidos. “España tiene que conseguir generar estos cluster aquí, porque tiene capacidad para ello”, aseguró. Asimismo, hizo hincapié en la importancia de la formación tecnológica para el presente y para el futuro laboral: “Dos tercios del total de empleos generados en los últimos años en Estados Unidos requerían habilidades digitales de nivel alto y medio. Además los empleos que no requerían estas habilidades, cayeron del 60 al 30 por ciento en los últimos 14 años”, subrayó.
Por su parte, Salvador Aragón, CIO del Instituto de Empresa, habló de la importancia del concepto de “nicho” para la empresa familiar. “En un mundo tan globalizado, es más sencillo encontrar un nicho de mercado a nivel local, en un segmento atípico, que podamos explotar al máximo y lograr hacerlo global”. Por otra parte, Aragón puso de manifiesto la brecha generacional que existe en el mundo digital y que afecta a la innovación en las empresas: “Las generaciones pre-digitales afrontan los problemas con la mentalidad de crear y buscar soluciones por sí mismos; por el contrario, los nativos digitales se amparan en la búsqueda de soluciones que ya existan y que puedan acceder a ellas a través de internet”.
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