España no es un país especialmente emprendedor. Según los datos arrojados en el último informe sociológico ‘Young Business Talents’, llevado a cabo por ABANCA, ESIC Business and Marketing School y Praxis MMT, los jóvenes españoles (36,4%) son los menos propensos a emprender, comparados con países europeos como Italia (45,29%) o Iberoamericanos como México (65,88%). La educación, cierta estigmatización del empresario o el alto número de plazas de empleo público son algunas de las causas por las que los españoles no están al nivel de otros países en cuanto a emprendimiento.
“No todas las personas podrán llegar a ser emprendedores, si no tienen unas cualidades para ello. De esta forma lo tendrán mucho más complicado para sacar su proyecto adelante. Pero para aquellas personas con espíritu emprendedor, lo que sí que pueden hacer es trabajar al máximo sus cualidades, a ser posible antes de comenzar su proyecto, o en el peor de los casos, sobre la marcha. Y para emprender, da igual la edad de la persona”, asegura Mario Martínez, director de Praxis MMT.
De esta manera, quienes vayan a comenzar un proyecto empresarial, el momento ideal para emprender será aquel en el que la persona tenga los recursos, conocimientos, experiencia y tiempo necesario para aportarlos al negocio. Tenerlo todo resulta muy complicado, así que cada uno deberá poner en la balanza qué tiene y de qué cree que puede prescindir en el corto y medio plazo.
En este contexto, desde Praxis MMT, empresa con más de 20 años de experiencia formando en gestión empresarial con simuladores de última generación a estudiantes, profesionales y directivos, han elaborado el ’Decálogo para convertirse en un emprendedor de éxito’ que recoge las principales claves para formar a una persona que quiere emprender.
- Definir qué tipo de emprendedor eres. Lo primero, saber en qué punto estás, ya que existen diferentes tipos. Hay personas que tienen una idea y se lanzan a hacerla realidad sin conocimientos previos. En segundo lugar, hay quienes han adquirido una importante experiencia en un sector o área concreta y ven una posibilidad de desarrollar un negocio y por último, hay quien lo hace por pura necesidad.
- Analizar el mercado antes de comenzar. El futuro emprendedor deberá llevar a cabo una serie de pasos antes de embarcarse en la aventura. Primero, tendrá que realizar un análisis pormenorizado del mercado en el que quiere entrar y preparar un plan de negocio completo. A continuación tendrá que hacer una prueba a pequeña escala para conocer el alcance y además, hacer una monitorización de los resultados para saber la viabilidad real del proyecto.
- Formación y conocimientos. La persona que quiera emprender debe tener ciertos conocimientos, o al menos, adquirirlos lo antes posible. Además de conocer el sector en el que pondrá en marcha su proyecto, es importante tener una base en gestión empresarial. Como consejo, será mejor comenzar la formación antes de poner en marcha el proyecto ya que compaginarlo será más complicado.
- Teoría sí, pero también práctica. La teoría es conocimiento, pero si no se sabe aplicar su poder se diluye. De cara a tener una formación realmente efectiva, no basta solo con conocer la teoría de la gestión empresarial. Gestionar una empresa requiere además experiencia. Por tanto, cualquier formación efectiva debe compatibilizar una teoría completa con la utilización de herramientas que permitan experimentar el ciclo completo de gestión: análisis, planificación, ejecución y control.
- No solo conocimientos, también valores. Es fundamental que el futuro emprendedor posea ciertos valores. Entre ellos es importante destacar la capacidad de trabajo, esfuerzo, constancia, flexibilidad, autocrítica, responsabilidad, organización y afán de mejora.
- Habilidades duras y blandas. Para convertirse en un empresario de éxito también deberá poseer habilidades duras como la capacidad de análisis, toma de decisiones y negociación; así como habilidades blandas entre las que destacan el liderazgo, comunicación, resistencia a la frustración, trabajo en equipo e inteligencia emocional.
- Simuladores empresariales como herramienta formativa. Son muchas cosas, y lógicamente no siempre es posible tenerlas todas, pero una parte importante de ellas se pueden desarrollar mediante el entrenamiento. Hoy en día existen simuladores empresariales de última generación que permiten practicar y adquirir experiencia en gestión. Podrán entrenar una parte importante de las situaciones a las que se enfrentará un emprendedor, lo que permite adquirir conocimientos y valores y desarrollar habilidades como gestor.
- Destreza con los idiomas. Los idiomas son fundamentales en todos los ámbitos de la vida y aunque en un futuro cercano la tecnología permitirá utilizar herramientas tremendamente avanzadas de traducción, poseerlos seguirá siendo un valor añadido para quien quiera emprender, por lo que no hay que dejarlos olvidados.
- Siempre dispuesto a arriesgar. Una persona que quiera emprender tiene que saber que tiene que arriesgar mucho, y no solo económicamente. El emprendedor pierde comodidad, estabilidad, horarios establecidos, probablemente tiempo para su vida personal. Cualquier proyecto empresarial tiene un riesgo, pero a mayor riesgo, también el retorno puede ser mayor y de nuevo, no solo en el aspecto económico.
- Desarrollo personal. Aunque el emprendedor sale de la zona de confort, emprender también puede llevar a un desarrollo personal increíble, aumento de la autoestima y un orgullo muy positivo; a la generación de riqueza y empleo para una sociedad la posibilidad de mejorar la vida de las personas. Por lo tanto, puede generar mucha ilusión.
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