Irse de vacaciones es fundamental para seguir trabajando de forma productiva a la vuelta. Después de largas temporadas de trabajo, estrés y agobios, irse de vacaciones es necesario para conseguir recuperar la estabilidad y tranquilidad mental y corporal. Sin embargo, no todo el mundo es capaz de desconectar y disfrutar de unos días tranquilos. Y esto puede deberse al Síndrome prevacacional.
Seguramente hayas escuchado en muchas ocasiones lo del ‘síndrome posvacacional’. Volvemos después de varios días de tranquilidad y hay que volver a trabajar, agobiarse y estresarse. Sin embargo, cada vez se empieza a escuchar más el ‘síndrome prevacacional’.
Síndrome prevacacional: la secuela del trabajo excesivo
Cuando se acercan las vacaciones de verano, nos entra el agobio: hay que dejarlo todo bien atado en el trabajo. Si no es así, es probable que acabemos notando estrés veraniego: estar pendiente del móvil, del correo electrónico, contestar a la oficina, etc. Parece que no puedes fiarte de nadie porque nadie hará las cosas tan bien como tú.
Tomarte unos días libres, desconectar de todo, conectar con tu familia, pareja o amigos y disfrutar de un cambio de aires es fundamental. Sin embargo, muchas veces sentimos la intranquilidad de lo que pueda pasar en el trabajo durante nuestra ausencia. Este sentimiento, junto con algunos excesos, el calor de más y el descanso de menos, puede hacer que nos sintamos realmente mal.
Si eres de las personas que tienen tendencia al estrés y preocupación crónica por el trabajo, Psychologies está hecho para ti. El coach Patrick Amar ha reunido una serie de claves o consejos para que puedas descansar bien. Según han demostrado algunas investigaciones, disfrutar de unas merecidas vacaciones al año reduce un 20% la probabilidad de patologías coronarias y reduce el riesgo de muerte en un 30%.
Claves para evitar el estrés prevacacional
Es bastante común que los últimos días de oficina sean demasiado estresantes. Si nuestros compañeros están de vacaciones, la carga de trabajo aumenta. Debes dejarlo todo cerrado o listo para que otros lo terminen. Además, la emoción de la cercanía de las vacaciones tampoco ayuda a reducir el estrés prevacacional.
Este es el motivo por el que recomiendan no comenzar el viaje el mismo día que dejas de trabajar, ni el siguiente. El día que iniciamos las vacaciones nos sentiremos bastante fatigados y sin demasiadas ganas para comenzar el viaje. Si bien es cierto que hay personas a las que les gustaría posponer la fecha, lo cierto es que no siempre es posible. Esto da como resultado el inicio de las vacaciones con un alto nivel de cansancio que será difícil de soltar. Por eso, precisamente, se recomienda dejar un día de descanso entre la finalización del trabajo y el comienzo del periodo vacacional.
Para comenzar con buen pie lo mejor es planificar las últimas semanas, priorizar y, sobre todo, delegar parte del trabajo. Evita dejar lo más importante para los últimos días. Si vas a dejarle parte de tu trabajo a alguien, lo mejor es que hables con esa persona para dejarlo todo bien atado.
Si no eres capaz de dejarlo todo bien cerrado, al final te tocará realizar llamadas durante el viaje o hacer algo. Por lo tanto, no estarás desconectando ni aprovechando al máximo los días libres. Según afirman los psicólogos, hay que aprender a delegar y no dejarlo todo para el último momento. Informa a todo el mundo de tus fechas de vacaciones, deja programado un mensaje de correo de contestación automática que avise que estarás de vacaciones. De esta forma, si alguien te escribe porque necesita algo, sabrá que no estás y podrá acudir a otra persona.
También es importante contar con protocolos de actuación en caso de urgencias. Y, sobre todo, hay que mentalizarse que hay que desconectar. Es importante tanto para la mente como para el cuerpo. Es necesario ignorar el móvil y el email para aprovechar al máximo los días de descanso.
Según Patrick Amar, “ordenar el escritorio es ordenar la cabeza”. Por eso, como última tarea, deja tu puesto de trabajo bien recogido. Parece algo sin importancia, sin embargo, es imprescindible para encarar las vacaciones de la mejor forma posible. Ayuda a alejarnos del estrés.
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