En un momento tan delicado para la economía de las pequeñas y medianas empresas que con tanto esfuerzo han conseguido capear el temporal de la crisis, cualquier pequeño reto que implique necesidades de financiación externa implica un gran proceso de reflexión. Tampoco ayuda el mercado financiero, cuyas bases se tambalearon hasta tal punto hace ahora ya diez años, que a día de hoy camina con pies de plomo allá por donde va. En estas circunstancias, muchos autónomos y empresarios se enfrentan en algún momento a la gran pregunta: ¿Qué tipo de línea de crédito me conviene? Pues bien, como era de esperar, la pregunta del millón no tiene una respuesta unívoca, sino que, como no podía ser menos en estos casos, esta última dependerá de varios factores.
En primer lugar, es esencial comprender que no todas las entidades bancarias ofrecen los mismos tipos de financiación ni exigen los mismos requisitos. En este sentido, hay que tener en cuenta que la evolución del sector en los últimos años ha hecho que el abanico de posibilidades se haya ampliado hasta tal punto que recomendar un producto específico se ha vuelto tan difícil como poco útil. Lo que haremos en este artículo es tratar de dejarte bien claro cuáles son los factores a los que debes atender en cualquier caso y sea cual sea la entidad bancaria que escojas. De esta manera, no solo podrás tomar decisiones adecuadas ante la lluvia de opciones que tendrás que valorar, sino que partirás mucho más segura de tus propias preferencias al respecto cuando acudas a consultar a las diferentes empresas financieras que estarán a tu disposición.
Factores determinantes en la elección de tu modelo de financiación
Comisiones
Aunque el tipo de interés sea el indicador estrella de los productos financieros, tan importante como ello o más es fijarse en las comisiones bancarias. Y es que este aspecto puede recoger todo tipo de gastos que la entidad bancaria puede vincular al ofrecimiento del servicio. Por eso, las comisiones forman parte de esa “letra pequeña” que, si no consultamos de manera pormenorizada, puede darnos muchos sustos a la larga.
Facilidades
Un producto crediticio que se adapte a tus necesidades es por antonomasia aquel que te ofrece facilidades. Desde la posibilidad de personalizarlo hasta la inmediatez en la tramitación de los pagos, existe una serie de opciones que pueden hacerte la vida más fácil. A este respecto, lo ideal sería comparar entre el mayor número posible de entidades y solicitar expresamente a cada una de ellas que nos especifique qué facilidades nos ofrece (también en función de nuestras preferencias, que podemos tranquilamente transmitirles). Una vez contemos con esta información, se trata de cotejarla con los costes asociados a dicho crédito bancario en forma de intereses, comisiones y condiciones de retribución de impagos, para decidir cuál de ellos se ajusta mejor a nuestra situación.
Productos vinculados
Y continuando con la letra pequeña, debes asegurarte de que firmar un acuerdo con tu entidad bancaria no implique que tengas que asumir la contratación de otros productos vinculados, como por ejemplo seguros.
En cualquier caso, has de asegurarte de que las condiciones que impone la entidad que escoges siguen las prerrogativas que marca el BDE, que es el encargado de regular este sector en España.
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