Recursos Humanos RRHH Digital Los indicadores de ocupación y desempleo en España de los últimos trimestres sugieren que, salvo que se materialicen riesgos latentes como un incumplimiento de la senda de consolidación fiscal o una nueva crisis griega, subsectores económicos que ya están creando empleo lo seguirán haciendo, aunque en primera instancia con carácter temporal, mientras se va recuperando progresivamente el empleo a jornada completa y, si no en 2014, en 2015, se retornará a una creación de empleo neta, aunque poco significativa.
Así se recoge en el Índice Laboral ManpowerGroup monográfico titulado ‘¿A las puertas de la recuperación?: Cambios sectoriales en el empleo y características de la ocupación’, elaborado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Josep Oliver.
Según explicado el autor del estudio, España está saliendo de una recuperación en ‘W’, a la vista toda una serie de indicadores. En primer lugar, ha destacado la mejora de la contratación temporal, que ha pasado de caer un 13,4% en el tercer trimestre de 2007 al 2,2% en el tercer trimestre de este año, frente a la estabilización de la pérdida de indefinidos.
Además, ha subrayado la disminución del crecimiento de los ocupados en jornadas menores de 30 horas y aquellos subocupados (aquellos que queriendo trabajar más horas, no pueden).
En su opinión, se trata de un «cambio de tendencia» que demuestra la intención de las empresas de contratar, pero, de momento, con carácter temporal, a la espera de que se consolide la recuperación económica. En paralelo, se estaría frenando la tendencia a contratar a los trabajadores por pocas horas semanales.
Más concretamente, Oliver ha precisado que la mayor parte de la creación de empleo se está produciendo en el sector servicios. En el caso del sector público, existen dudas sobre si mejorará la contratación en el ámbito de los servicios, dado que aún no ha finalizado el proceso de ajustes. Sin embargo, en el sector privado, subsectores como el de las finanzas, los seguros o el personal doméstico, ya estarían creando puestos de trabajo.
En el caso de la industria, aunque en términos agregados sigue descendiendo el empleo, éste repunta en el 44% de sus ramas, como es el caso de la alimentación, el papel o la química. En la construcción, aunque la destrucción de empleo continúa, empieza a dar muestras de ralentización.
Según Oliver, esta evolución demuestra que «se están absorbiendo los efectos del choque de confianza que sufrió España en 2011» y se está notando el retorno de capitales, «sin el que no se puede hablar de mejora del mercado de trabajo».
EMPLEO NETO CON MENORES TASAS DE CRECIMIENTO
Ahora bien, si España ha salido de crisis anteriores creando empleo en el sector industrial, en esta ocasión es el de los servicios el que está ejerciendo de motor del empleo, un sector que ofrece menores ganancias de productividad, lo que hace pensar que la creación neta de empleo puede producirse con tasas de crecimiento inferior al 2% como hasta ahora.
Ello sitúa ese momento, según Oliver, en 2015, aunque aún con una generación de empleo neto poco significativa. Durante el próximo año, cabría esperar que «si existiese destrucción de empleo sería muy escasa». En cualquier caso, más a largo plazo, el economista no espera que se recuperen los niveles de empleo previos a la crisis en al menos una década.
Durante estos años, Oliver cree que el proceso lógico es una progresiva recuperación de la contratación a tiempo completo, la ampliación de aquellas jornadas que durante la crisis fueron reducidas, en paralelo al progresivo incremento de la contratación a temporal, a la espera de una salida definitiva de la crisis.
ALGO HA TENIDO QUE VER LA REFORMA LABORAL
Preguntado por qué parte de este cambio de tendencia puede achacarse a la reforma laboral en vigor desde febrero de 2012, Oliver ha asegurado que ha contribuido a la moderación salarial y, en este sentido, a contener la destrucción de empleo.
Sobre la segunda fase, que desde el Gobierno ya se está planteando, el economista cree que se encaminará a reducir la aún persistente dualidad en el mercado de trabajo, a partir, y que podría orientarse hacia la creación de un contrato único con coste de indemnización creciente.
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