RRHH Digital En un mundo cada vez más globalizado, con crecientes relaciones comerciales entre países y una competencia que no deja de aumentar, se hace imprescindible una mayor flexibilidad del mercado laboral, puesto que permite a las empresas adaptar el número de contrataciones externas y la composición de su personal cuando sus líneas de productos y métodos de producción se ven alterados por la innovación.
Aunque es cierto que los tradicionales contratos indefinidos siguen constituyendo la norma, en las últimas décadas se han desarrollado muchas otras formas de relaciones laborales flexibles. Éstas varían según el tipo de flexibilidad: en la duración del contrato (contratos de duración determinada), en la compañía para la que trabajan los empleados (por ejemplo, relaciones a tres bandas, como en la cesión temporal de trabajadores por parte de las agencias privadas de empleo), y en la relación laboral (trabajadores autónomos). Por este motivo, todos estos tipos de contrato se pueden considerar flexibles en comparación con los contratos indefinidos tradicionales con un empleador directo.
Para dar a conocer los distintos modelos de trabajo flexible en el mundo y su repercusión en la creación de empleo, Randstad, empresa líder en soluciones de recursos humanos, ha elaborado la primera edición del informe anual “Flexibilidad en el trabajo 2013”. El estudio analiza, entre otros aspectos, la proporción del trabajo, los contratos de duración determinada, el trabajo por cuenta propia en el mercado de empleo total y las ventajas y desventajas posibles entre estas diferentes formas de trabajo flexible. Esto es, la flexibilidad externa, ya que la interna (referida al número variable de horas trabajadas, la rotación de personal o los contratos interinos), no se aborda de manera explícita.
Crecimiento internacional no estructural del trabajo flexible de 2001 a 2012
Fuente: Randstad
El informe de Randstad ofrece una visión global de las tendencias internacionales del empleo en los mercados de trabajo flexibles en Europa, Japón y EE.UU, y demuestra que la manera en la que se desarrollan las formas específicas de las relaciones laborales flexibles depende de las demandas específicas de los distintos mercados laborales nacionales y, por lo tanto, es muy variable. Estas demandas pueden estar relacionadas con la necesidad de la innovación, el aumento o la disminución de ciertos sectores de la economía, o el ciclo económico, entre otras influencias posibles.
En la última década se ha extendido la idea de que las relaciones laborales flexibles (contratos de duración determinada, autoempleo y trabajadores contratados por agencias de colocación), han aumentado en todo el mundo y que, de hecho, ponen en duda la posición de los contratos de trabajo indefinidos tradicionales.
Sin embargo, si bien es cierto que el porcentaje de relaciones laborales flexibles se ha incrementado en numerosos países, no existen indicios claros de que el mercado de trabajo flexible en general esté creciendo de modo estructural, ni en Europa ni en el resto del mundo. Según el director de Relaciones Institucionales de Randstad, Luis Pérez, “no existe una tendencia mundial hacia un incremento de la cuota de las relaciones laborales flexibles en los últimos diez años y tampoco los hay de posibles intercambios entre distintas formas de empleo flexible”.
Sin duda, un mercado laboral flexible aumenta la productividad y mejora la competitividad. Si se propician mejores transiciones y una mayor movilidad del mercado laboral será más fácil afrontar retos. La cesión temporal de trabajadores resulta esencial para facilitar esta transición y movilidad al hacer que trabajadores en situación académica, sin trabajo o no activos en el mercado, pasen a tener un empleo. Consciente de la importancia de disponer de conocimientos exhaustivos de todos los mercados laborales, presentes y futuros, en los que Randstad presta sus servicios de RR.HH., la compañía, cuya misión consiste en “dar forma al mundo del empleo”, ha elaborado este informe sobre la flexibilidad en el trabajo, que complementa la comprensión de los mercados nacionales y supone además una adición muy esperada a la base de conocimientos del grupo.
Zonas de incremento versus de descenso
El aumento o disminución de los diferentes tipos de trabajo flexible puede ser atribuido a cambios tanto en las estructuras sociales y económicas locales como en las instituciones y en la legislación. El crecimiento del trabajo flexible aparece principalmente en los países donde la participación laboral está incrementándose, mientras que la reducción surge donde la participación laboral es relativamente baja o está estancada. Por ejemplo, el porcentaje de flexibilidad laboral se incrementó en Alemania del 22,5% en 2000 al 24,4% en 2012, mientras que en España se redujo 10,3 puntos porcentuales, pasando de un 50,2% en 2000 al 39,9% en 2012.
Desde 2007, la severa crisis mundial ha afectado a la mayoría de los países occidentales, sobre todo en Europa y Norteamérica. En gran parte de estas dos áreas y también en Japón, la tasa de flexibilidad laboral se está reduciendo durante la recesión económica. El descenso más pronunciado se ha observado en la cuenca mediterránea y Escandinavia, especialmente España y Noruega.
En cambio, pese a la reciente crisis económica, algunos países experimentaron un aumento del empleo flexible. Ejemplos de este fenómeno son el Reino Unido, los Países Bajos y varios países de Europa del Este, donde la economía emergente compensó el efecto de la crisis. Por este motivo, “aunque parece existir una correlación entre el crecimiento económico y la tasa de empleo flexible, dicha correlación no se puede tomar como una verdad universal. Así pues, justificar el crecimiento económico no explica del todo las tendencias en la cuota de empleo flexible”, explica Pérez.
La flexibilidad laboral puede acelerar el crecimiento económico
Del informe de Randstad se desprende que existe una fuerte relación entre el uso de empleo flexible y el crecimiento económico, particularmente con respecto a contratos de duración determinada y empleos a través de ETT. Tal es así, que en un contexto de crisis económica, el trabajo flexible es “la primera forma de empleo que se ve afectada por el descenso de la demanda laboral, particularmente entre los trabajadores más jóvenes y con menos formación; pero también será la que más rápidamente se recupere al estabilizarse la economía tras la crisis”, señala el director de Relaciones Institucionales de Randstad.
El trabajo flexible en general, y las agencias de colocación o empresas de trabajo temporal en especial, facilitan las transiciones de empleo y traen nuevos participantes al mercado de trabajo tradicional, que normalmente no pertenecen al circuito laboral.
“Es posible, incluso, que la oportunidad de ofrecer trabajo flexible acelere el crecimiento económico. Es por esto por lo que cabe esperar un mayor aumento del empleo flexible en el momento en que las economías de la mayor parte de países occidentales vuelvan a crecer con fuerza. En el caso particular de la puesta a disposición de trabajadores a través de las agencias de colocación o empresas de trabajo temporal, pese a que no constituye más que una pequeña porción de todas las relaciones laborales flexibles, ha demostrado un crecimiento estructural que va más allá del ciclo empresarial regular”, sentencia Pérez.
Contratos de duración determinada, una segunda oportunidad
En la actualidad, en torno a la mitad del empleo flexible lo constituyen el autoempleo y los contratos de duración determinada. Estos últimos funcionan especialmente con los jóvenes. Alrededor de un 10%, de media internacional, de todos los empleados de entre 25 y 64 años de edad tienen este tipo de contrato, mientras que en la franja de edad comprendida entre 15 y 24 años, aumenta hasta el 40%. En algunos países, incluso los contratos de duración determinada ofrecen una segunda oportunidad de volver al mercado de trabajo a los desempleados.
Precisamente, es en los contratos de duración determinada firmados directamente con la empresa en donde se apoya esencialmente el trabajo temporal en España, ya que el uso de agencias de trabajo temporal no resulta tan común. Desde principios de los noventa, en torno a un 30% de todos los trabajadores españoles firmaron un contrato de este tipo. La función “trampolín” que suele tener el trabajo temporal está ciertamente limitada en nuestro país y desemboca en lo que se conoce como un mercado laboral dual o segmentado en el que las transiciones entre las relaciones laborales flexibles y tradicionales son escasas.
El número de contratos de duración determinada en 2001 se situaba en el 32,1% en España y en 2009 cayó en picado hasta los 25,3% como consecuencia de la crisis económica que golpeó el mercado laboral español con mucha más fuerza que en el resto de países, y especialmente a los trabajadores que tenían un contrato de estas características.
Con el comienzo de la crisis algunos países redujeron el número de este tipo de contratos, ya que la forma de asimilar la crisis por parte de las empresas fue la no renovación de los mismos. El punto de inflexión se produjo en 2007, cuando los países del Mediterráneo decrecieron entre un 19 y un 15%, principalmente España, que perdió 1,9 millones de contratos de duración determinada entre 2007 y 2012, sobre todo en lo que se refiere a trabajadores de menor cualificación (-1,1 millones), especialmente pertenecientes a los sectores de la Construcción (0,8) y la Industria Manufacturera (0,3).
Evolución de los contratos de duración determinada de 2001 a 2012
Fuente: Randstad
Como consecuencia de ello, la cuota de contratos de duración determinada en el panorama laboral se redujo drásticamente en 2008 y 2009, especialmente en España. De esa fecha a 2012 se registró nuevamente un descenso en nuestro país, pasando de los 25,3% a 23,7%. En cambio, en la mayoría de países ésta volvió a crecer en los últimos años. Así pues, el porcentaje de trabajadores sujetos a una relación contractual de este tipo se sitúa en torno al 12% en la UE desde 2007.
Autoempleo, descenso en perfiles menos cualificados
Además de los contratos de duración determinada, el autoempleo es la otra forma de trabajo flexible más numerosa. Según el director de Relaciones Institucionales de Randstad, Luis Pérez, “estos servicios laborales flexibles pueden resultar atractivos para las compañías porque ofrecen una productividad similar a corto plazo y con menos riesgo”.
Cuotas especialmente elevadas de autoempleo se observan en los países meridionales y del este de Europa, concretamente de entre un 15 y un 20%, en particular en Turquía, Italia, Portugal, Polonia, Rumanía, la República Checa, España y Eslovaquia, países cuya economía es tradicionalmente menor o aún emergente.
No obstante, el informe de Randstad ha detectado que el autoempleo de personas de baja cualificación decreció en todas las regiones, sobre todo en Italia (-0,5 millones), España (-0,4), Portugal (-0,3), y Polonia (-0,2).
Evolución del autoempleo de 2001 a 2012
Fuente: Randstad
Papel positivo de las agencias de colocación o ETT
La labor de las agencias de trabajo temporal permite que las empresas adapten el tamaño de su plantilla a las condiciones económicas, facilitando a la vez la adecuación al puesto gracias a la experiencia laboral inicial. Es especialmente útil con los jóvenes, durante su periodo de formación o al entrar en el mercado laboral, aunque también sirve a los desempleados para reinsertarse en el mercado laboral.
Crecimiento estructural de las agencias de colocación
Fuente: Randstad
Sin duda, las agencias de colocación, también llamadas Empresas de Trabajo Temporal (ETT), desempeñan un papel muy positivo al favorecer las transiciones en el mercado laboral. Muchos estudios corroboran que a mayor penetración en el mercado de las empresas de trabajo temporal, menor es el desempleo. Según datos de CIETT (International Confederation of Private Employement Agencies), actualmente 12 millones de trabajadores en Europa utilizan cada año los servicios de las agencias privadas de empleo para encontrar un puesto de trabajo.
En el informe de Randstad, se muestra que durante la última década las empresas de trabajo temporal han crecido en prácticamente todos los mercados. “Tanto en las regiones donde aumentó el trabajo flexible como en las que disminuyó, lo cierto es que las agencias de empleo ganaron campo como nuevo servicio del mercado laboral”, aclara Pérez.
Recomendaciones a España para mejorar la situación del mercado laboral
Randstad prevé que la recesión en España continúe en 2013 debido a la consolidación fiscal y al alto nivel de endeudamiento del sector privado, que menoscaba la demanda doméstica. El crecimiento de socios comerciales y el aumento de la competitividad estimularán una lenta recuperación en 2014. La tasa de desempleo se estima que alcance el 28% antes de estabilizarse, mientras que la inflación y las presiones salariales permanecerán controladas.
Una de las principales recomendaciones dirigidas a España para que mejore la situación del empleo reside en finalizar la evaluación de las reformas del mercado laboral cubriendo el total de sus objetivos y medidas.
Asimismo, sería importante promulgar una reforma del mercado laboral orientada a resultados, incluyendo el refuerzo hacia la eficiencia y el enfoque, además de la plena puesta en marcha del portal único de la UE y acelerar la implementación de la cooperación público-privada para asegurar la efectividad de su aplicación en 2013.
Evolución del mercado laboral de 2001 a 2012
Fuente: Randstad
En lo que se refiere a los servicios públicos de empleo, se aconseja reforzarlos y modernizarlos con el objetivo de asegurar una asistencia individual a los desempleados de acuerdo a sus perfiles y necesidades formativas. Habría que reforzar la efectividad de programas de reorientación laboral para mayores y trabajadores de baja cualificación e implementar y monitorizar la efectividad de las medidas para luchar contra el empleo juvenil fijadas en la Estrategia de Emprendimiento y Empleo de 2013-2016.
Previsión del mercado laboral para 2014
Fuente: Randstad
Otros de los puntos que se aconsejan son continuar con los esfuerzos para incrementar la relevancia de la formación en el mercado laboral, reducir el abandono escolar y aumentar el aprendizaje continuo, por ejemplo, expandiendo la aplicación de la formación dual a través de una fase piloto e introduciendo un sistema de monitorización exhaustivo del rendimiento del alumnado al final de 2013.
También se apunta como consejo importante el adoptar e implementar las medidas necesarias para reducir el número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social. Se recomienda reforzar las políticas activas del mercado laboral para incrementar la empleabilidad de las personas más allá del mercado laboral, y mejorar el enfoque e incrementar la eficiencia de medidas de soporte incluyendo servicios de calidad a las familias.
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