RRHH Digital UGT y CC.OO. llevarán a cabo movilizaciones (manifestaciones, concentraciones, jornadas, asambleas, etc) el próximo 28 de abril, con motivo del Día Internacional de la Salud y Seguridad en el Trabajo, para denunciar la precarización de las condiciones laborales a raíz de la crisis y exigir mayor atención a la prevención de accidentes y enfermedades profesionales en las empresas, mediante, entre otras cosas, la renovación de la Estrategia Española en la materia para el periodo 2013-2020.
Así lo han avanzado los secretarios de Salud Laboral de UGT y CC.OO, Marisa Rufino y Pedro J.Linares, respectivamente, en rueda de prensa para presentar este programa de movilizaciones, que tendrá como lema ‘Las reformas y recortes del Gobierno hacen peligrar la salud y la seguridad en el trabajo’.
Según han explicado, las políticas públicas encaminadas a reducir la siniestralidad puestas en marcha en 1995 se frenaron en seco en 2009, cuando España entró por primera vez en recesión. De hecho, la aportación estatal en materia de prevención para este año ha caído un 40%.
Desde la empresas, donde «la prevención se ve como un gasto», tampoco se invierte lo necesario en reducir la siniestralidad, de forma que un 40% de ellas no forma a sus empleados en prevención de riesgos laborales y hasta un 86% no ha evaluado los riesgos psicosociales de su actividad.
El resultado es que en 2012 fallecieron 555 personas en accidente laboral, tan sólo un 0,5% menos que un año antes, con lo que cada día fallecen dos personas en el desempeño de su trabajo.
En el caso de los accidentes laborales y enfermedades profesionales se ha producido un descenso. En 2012 se produjeron 1,1 millones de accidentes profesionales, alrededor de un 14% menos. Por su parte, durante el pasado año se registraron 15.711 casos de enfermedad profesional, la mayor parte de ellos por trastornos musculoesqueléticos, un 13,2% menos.
Sin embargo, los sindicatos alertan de que este descenso de accidentes y enfermedades engañan, puesto que realmente está causado por el descenso del número de ocupados, la resistencia del trabajador a no dar parte de sus dolencias por miedo al despido o, incluso, a una «infracalificación» de muchas de ellas por parte de las empresas para beneficiarse de los bonus que la Seguridad Social aporta a las que registran bajos niveles de incidencia en materia de salud laboral.
En concreto, ambas centrales sostienen que la importante pérdida de empleos en la construcción, la agricultura o la industria, que hoy por hoy tienen una incidencia de siniestralidad mayor a la media, ha hecho que los registros bajen.
Asimismo, sostienen que en muchos casos los trabajadores «aguantan» enfermos sin coger la baja «hasta que no pueden más», lo que se ha traducido en una mayor prolongación de los tiempos de baja (+5,2%).
Del lado de la empresa, los sindicatos sostienen que accidentes laborales graves, como, por ejemplo, amputaciones de miembros, pueden llegar a trasladarse a los registros oficiales como accidentes leves. Prueba de ello, aseguran, es que desde 2009 los accidentes laborales leves están superando a los graves, cuando hasta ese año la tendencia era la inversa.
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