El sector turístico en el mundo y en España en particular ha sufrido el mayor impacto de su historia desde el comienzo de la pandemia. A pesar de que ya queda lejana la época en la que la actividad estaba parada, durante la pandemia se produjo una caída del empleo del 19,5% (202.000 puestos de trabajo perdidos), muchos de ellos pasaron a otros sectores de actividad. De hecho, en 2021 quedaron 93.000 empleos sin cubrir y en 2022 unos 16.000, lo que significa que el sector ha sufrido una gran fuga de talento.
Debido a la necesidad de adaptarse a estas circunstancias, el sector turístico ha virado hacia un enfoque en el que su actividad se basa en tres pilares fundamentales: seguridad sanitaria, digitalización y sostenibilidad. La seguridad sanitaria se ha convertido en un requerimiento básico exigible, la transformación digital introducida en la práctica cotidiana del turista condiciona las prácticas empresariales del sector turístico, y la sostenibilidad se ha convertido en una exigencia innegociable para el nuevo turista, preocupado más que nunca por el equilibrio económico, social y medioambiental.
El gran cambio en los perfiles más demandados en el sector
Como las necesidades del sector han cambiado, también lo han hecho los perfiles que se requieren actualmente. Antes, puestos como los de recepción, atención al cliente, gastronomía o comerciales, eran los más demandados, pero, con el cambio de tendencia, han surgido nuevos perfiles, como los de analista de datos, marketing digital, ciberseguridad, ventas online, expertos en analítica, o gestores de eficiencia energética y medioambientales. Si bien es cierto que los perfiles tradicionales no van a dejar de demandarse en las empresas de la industria turística, estos van a caer en tamaño y frecuencia en favor de los nuevos perfiles.
Por otro lado, a medida que avanza el sector, muchos son los retos a los que se enfrentará. De cara a un futuro cercano, aumentará la dotación de personal cualificado de directivos, mandos intermedios y técnicos. Seguirán creciendo muchos puestos de trabajo especializados en otras ramas de actividad distintas de la restauración y el alojamiento, y con condiciones laborales notablemente superiores, tales como Gestores de Destinos, Product Managers o Revenue & Yield Manager.
Habilidades blandas y tecnológicas, más presentes que nunca
Con los nuevos perfiles que han surgido en la industria, también han cambiado las habilidades y competencias que se demandan a los profesionales. Actualmente, el pensamiento creativo, la comunicación interpersonal, los idiomas, la visión empresarial o dominar las herramientas de informática básicas, son imprescindibles.
Las empresas buscan, de manera muy exigente, una buena formación en marketing turístico, digitalización, innovación y todas aquellas herramientas que fundamentan la gestión de las experiencias turísticas de sus clientes. Y, al mismo tiempo, esperan que los empleados dispongan de soft skills (habilidades blandas) que complementen eficazmente las anteriores, como pueden ser, la gestión de personas, comunicación, negociación, empatía, motivación, resolución de conflictos, o trabajo en equipo. Otra de las novedades en el sector es que cada vez las empresas optan más por la denominada «Formación in company» en la que se fomenta el sentimiento de pertenencia a la marca.
«El avance del sector turístico en los últimos años es un claro ejemplo de que, para estar a la vanguardia del sector, se han de reinventar todas las empresas que quieran ser competitivas. Además, con la creación de los nuevos empleos y demandas, las personas también deben formar parte activa de este cambio. La renovación de las habilidades y estar en continua formación es muy importante para poder desarrollar una carrera de éxito en este sector en constante evolución» ha afirmado Rafael Mesa, Coordinador Máster en Innovación y Marketing Turístico Digital de IMF Smart Education.