Palma de Mallorca será en la próxima década uno de los destinos del sur de Europa preferidos por empleados británicos para instalar su residencia habitual sin perder el contacto con su centro de trabajo de origen, en Gran Bretaña, a donde podrán viajar con frecuencia gracias a la mejora de la comunicación aérea producto de la expansión de las compañías de 'bajo coste'.
Ésta es la principal conclusión del informe 'Holiday 2016', una iniciativa del touroperador británico Thomson con el objetivo de prever el escenario turístico y social en Gran Bretaña dentro de diez años. En el estudio, han participado sociólogos, demógrafos y arquitectos, que constatan los "cambios radicales" que experimentará la forma de gestionar el tiempo de ocio la próxima década.
De acuerdo a la clasificación elaborada por el touroperador, sólo Barcelona supera a Palma como ciudad más idónea para los ingleses para ejercer una actividad laboral desde fuera de su país. Seguidamente, otros destinos con potencial son, por este orden, Marrakech (Marruecos), Dubrovnik (Croacia), Faro (Portugal), Alicante, Verona (Italia), Tallin (Estonia), Pula (Croacia) y Valencia.
Estas zonas aportan "interés cultural y atracciones diversas", además de dinamismo económico, cualidades atrayentes para el millón y medio de británicos que, según prevé el informe, trabajarán en el extranjero en 2020. Algunos de los factores que explican esta tendencia son el elevado poder adquisitivo que existe en las ciudades británicas, el exceso de población determinadas zonas residenciales, así como los cambios que experimentará la sociedad de este país.
Así, los expertos de Thomson consideran que la forma en que los británicos vivirán y trabajarán dentro de diez años será diferente por el retraso de edad de maternidad, el envejecimiento de la población y la reducción de la unidad familiar. Factores que contribuirán a que la "vida fuera del trabajo sea menos predecible" y a que las diferencias entre el ámbito laboral y el de ocio "se difuminen".
El trabajar desde el extranjero tendrá consecuencias diversas. Los aeropuertos revisarán su sistema de facturación para que todo el proceso se automatice y permita ahorrar tiempo a los viajeros asiduos. Así, el informe prevé la instalación de escáners biométricos que utilizará la huella dactilar del pasajero para confirmar su identidad. En consecuencia, éste podrá realizar todo el proceso "sin hablar con ninguna persona ni mostrar ningún documento".
'BOOM' INMOBILIARIO
Según la previsión de Thomson, la marcha de trabajadores británicos en busca de residencias en el extranjero ocasionará también un 'boom' inmobiliario en los destinos de acogida, además de motivar que las empresas británicas deban reajustar determinados aspectos. "Las corporaciones tendrán que habilitar edificios de estudios en ciudades británicas para alojar a sus empleados durante sus visitas a Gran Bretaña", refiere.
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