CEOE considera de ‘importancia’ lograr una ‘adecuada’ ordenación de la afluencia de inmigrantes a través de los cauces que garanticen su integración laboral y social, para evitar así que lleguen a repercutir en problemas de convivencia o pérdida de niveles de seguridad ciudadana.
En su boletín de los meses de julio y agosto dedica su editorial a la ‘ordenación de los flujos migratorios’ en un mundo cada vez más globalizado.
Según la patronal de los empresarios, la llegada de flujos de inmigración ‘espontáneos y desordenados puede producir, y de hecho produce, efectos indeseados y distorsiones en el propio acceso al mercado de trabajo y en las condiciones de vida, tanto de trabajadores inmigrantes como de nacionales’.
En su opinión, la capacidad de integración de la población inmigrante y su aceptación depende de elementos como su inserción laboral, una ‘mínima’ adecuación cultural y lingüística a las pautas de convivencia, la disponibilidad de vivienda y servicios de educación, asistencia sanitaria y social y la adecuada distribución en el territorio.
Para la CEOE los efectos de la emigración son ‘complejos’, por lo que afirma que sus consecuencias deben analizarse globalmente, considerando aspectos económicos y laborales, pero también sociales, de orden público, demográficos, culturales, políticos e incluso históricos.
Así, sostiene que la inmigración ha contribuido en las sociedades desarrolladas a mejorar el ajuste del mercado de trabajo y al crecimiento económico, así como al ‘rejuvenecimiento’ de sus poblaciones o al mantenimiento de los niveles de actividad laboral y de los sistemas de protección social.
Sin embargo, advierte la CEOE, estos elementos no pueden ocultar que la capacidad de acogida de los países tiene sus ‘límites’, puesto que la propia oferta de empleo es ‘limitada’ y, con frecuencia, está circunscrita a determinados territorios y ocupaciones.
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