Los jóvenes de Gijón tienen dificultades para independizarse, en muchos casos trabajan sin contrato, la mayoría sigue viviendo con sus padres, les gusta ver la televisión y escuchar música, salen por las noches los fines de semana, la mitad de ellos no vuelve a casa antes de las cinco de la madrugada, en su mayor parte ha tenido relaciones sexuales completas y la droga que más consumen es el tabaco. Son algunos de los rasgos de los algo más de 46.000 gijoneses que tienen entre 15 y 29 años. Así lo recoge el borrador del nuevo Plan Integral de Juventud, que pretende dar soluciones a estas inquietudes con una serie de medidas a aplicar entre este año y 2010.
En la primera parte de este plan se incluye una ‘radiografía’ de la juventud del municipio y mientras esas medidas planteadas llegan o no, lo cierto es que la mitad de los jóvenes gijoneses se consideran trabajadores, aunque estén compaginando el empleo con los estudios. Y aunque el 35 por ciento de ellos no haya tenido nunca un empleo remunerado. Y a pesar de que el 21 por ciento de los que trabajan lo hagan sin contrato. Entre los que sí lo tienen ganan, y con diferencia, los contratos temporales, más habituales aún entre las mujeres que entre los hombres. Las condiciones laborales no mejoran hasta que cumplen los 25 años.
Sólo un 8 por ciento de los jóvenes gijoneses están en situación de autoempleo. En general, el trabajo por cuenta propia comienza cuando los jóvenes han cumplido los 25 años, y este tipo de proyectos es más factible para los que proceden de clase media y media-alta. Este tipo de diferencias también se nota en el nivel de estudios. Así, un 70 por ciento de los jóvenes de clase media-alta continúa estudiando, mientras que tan sólo lo hace el 35 por ciento de los que proceden de familias de trabajadores no cualificados.
Con estas premisas, sólo uno de cada cuatro está emancipado, y ni siquiera todos los que han dejado ya el hogar familiar pueden mantenerse solos. Esto es, necesitan la ayuda de sus padres o su pareja para cubrir todos los gastos del mes. Quizás por todo ello, un 14 por ciento de los jóvenes se muestra partidario de compartir piso con amigos. ¿Cuándo lograrán vivir en su propio piso, sea de alquiler o en propiedad? La media se sitúa entre los 26 y los 29 años.
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