Los países de la UE han fracasado de nuevo en el intento de acordar el máximo de horas de trabajo por semana, debido a las posiciones enfrentadas de España y otros diez países defensores del tope de 48 y el Reino Unido y otro bloque de Estados que abogan por su superación.
El debate se produjo en un consejo donde los ministros de Empleo de la Unión Europea (UE) se esforzaron hasta la medianoche del jueves por alcanzar un acuerdo sobre ese punto, el más controvertido de la directiva de Tiempo de Trabajo, que regula la jornada laboral y el derecho a descanso.
La citada legislación, de 1993, incluyó como excepción la posibilidad de ampliar la jornada máxima de 48 horas semanales cuando así lo acordaran el empresario y el trabajador, lo que se conoce como «opting-out individual». Aunque la normativa debía haberse modificado en 2003, las divergencias entre países han impedido hasta la fecha su actualización.
El «opting-out» divide a los países en dos bloques: el primero, liderado por el Reino Unido y en el que se incluyen Alemania, Austria y la mayoría de los países que se incorporaron a la UE en mayo de 2004, que quieren seguir manteniéndolo.
En el segundo bloque figuran España, Francia, Suecia, Bélgica, Grecia, Chipre, Finlandia, Portugal, Luxemburgo, Italia y Hungría que rechazan la ampliación de la semana laboral más allá de las 48 horas.
Tras una primera tanda de intervenciones que reveló las grandes diferencias existentes, se decidió una pausa para celebrar reuniones entre países, y sobre las once de la noche Austria presentó una nueva propuesta de compromiso y pidió a los países que se pronunciaran al respecto.
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