El 51% del crecimiento de la población activa española entre 1995-2005 proviene de la inmigración, con 2,4 millones de activos de origen extranjero. Respecto al incremento de la población potencialmente activa (de 16 a 64 años) en este mismo periodo, el porcentaje aumenta hasta el 88%, con más de 2,8 millones de inmigrantes. Todas estas magnitudes reflejan la transición de un modelo basado mayoritariamente en una población nacida en España hacia otro que depende, de manera creciente, de la inmigración, según revela la 28ª edición del Índice Laboral Manpower presentada por el profesor José Oliver, catedrático en Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. El estudio analiza las causas de la aceleración de la inmigración en nuestro país y sus repercusiones en el mercado laboral español en los últimos diez años.
Según el estudio, la transformación del mercado laboral español fue causada por el impacto demográfico generado por la caída de la tasa de natalidad española iniciada a finales de los años setenta. Esta reducción en la pirámide demográfica junto con la aceleración en la creación de ocupación, especialmente a partir de 2003, provocó una carencia de oferta laboral disponible, especialmente en colectivos jóvenes, que actuó como mecanismo que incentiva la entrada de la inmigración. “El verdadero efecto llamada sobre la inmigración ha sido la combinación de un mercado de trabajo especialmente expansivo y el agotamiento de las reservas de mano de obra”, según el profesor Oliver.
Los comentarios están cerrados.