Dos años después de la ampliación de la UE, cuatro países erradican desde hoy las trabas a la libre circulación laboral para los nuevos socios.
Cuatro países de la antigua Unión Europea a 15 (España, Portugal, Finlandia y Grecia) abrirán totalmente a partir hoy sus fronteras a los trabajadores de los nuevos estados miembros, mientras que otros cuatro suavizarán las restricciones, según los últimos datos de la Comisión Europea.
«Éste es un gran paso adelante», ha señalado el comisario de Trabajo, Vladimir Spidla, ya que 17 de los 25 países de la UE «permiten ya la libre circulación de trabajadores». «Gran parte de ellos ha flexibilizado las restricciones de una u otra forma», añade.
La mayoría de los Quince países que formaban la UE antes de la última ampliación del 1 de mayo de 2004 (salvo el Reino Unido, Irlanda y Suecia) impuso restricciones a la entrada de mano de obra de los nuevos estados miembros, con la excepción de Chipre y Malta.
Con ayer como fecha límite, los Quince debían decidir si seguían manteniendo o no esos periodos transitorios. Según informó la Comisión, hasta ahora sólo España, Portugal, Finlandia y Grecia han optado por suprimir totalmente las restricciones.
Al anunciar esa decisión, el ministro español de Trabajo, Jesús Caldera, indicó que se basa en la «defensa del derecho de la ciudadanía comunitaria», y en que se considera «positivo desde el punto de vista económico».
Mientras, Alemania, Austria y Dinamarca ya han comunicado que mantendrán los obstáculos a la libre circulación hasta 2009.
En cuanto a los demás estados, Francia anunció que tiene previsto levantar gradualmente las limitaciones, especialmente en los sectores donde falta mano de obra, aunque todavía no ha fijado ninguna fecha para ello ni ha identificado esos sectores. Antes de hacerlo, el Gobierno galo tiene previsto llevar a cabo un amplio debate con sindicatos y patronal.
Bélgica y Luxemburgo informaron a la Comisión de que mantendrán sus limitaciones, aunque flexibilizarán los procedimientos de admisión de trabajadores sólo para ciertos sectores.
En particular, Bélgica acogerá a enfermeras, fontaneros, electricistas, mecánicos, arquitectos e ingenieros, mientras que Luxemburgo facilitará la entrada en sectores como la agricultura y los servicios.
Italia va a seguir con los obstáculos a la libre circulación, aunque, según la prensa de ese país, el Gobierno tiene previsto aumentar la cuota de trabajadores procedentes del Este, a 170.000 al año.
Por otro lado el Gobierno holandés, que a finales de marzo se mostró favorable a abrir las fronteras a partir de enero de 2007, tuvo que rectificar después por la oposición que la iniciativa suscitó en el Parlamento. La decisión ha sido pospuesta ahora hasta final de año, informó la Comisión.
El Ejecutivo comunitario «está satisfecho» por estos progresos, aunque espera que antes de 2009 otros países eliminen completamente las restricciones. La Confederación Europea de Sindicatos (CES), valoró que la celebración este año del Día del Trabajo coincida con la supresión de las trabas en cuatro Estados miembros, y la «relajación de las restricciones en otros», lo que supone «un avance hacia un mercado laboral más abierto».
El Tratado de Adhesión reconoció la posibilidad de imponer restricciones, por un periodo transitorio de dos años, a los trabajadores de ocho de los nuevos estados miembros. No obstante, caben hasta cinco años más, aunque el proceso ha de estar concluido en todo caso en 2011.
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