Gobierno, patronal y sindicatos proseguirán esta semana el intenso calendario de reuniones que han mantenido en los últimos días en la mesa de reforma laboral para cerrar con éxito unas negociaciones que se prolongan desde hace más de un año y que en más de una ocasión han pasado por importantes desencuentros que hacían peligrar el acuerdo.
Superadas las dificultades, la reforma laboral parece caminar a su fin. Las partes implicadas en la negociación han intensificado en los últimos días sus contactos y seguirán haciéndolo en las próximas fechas para intentar llegar a un acuerdo antes del 1º de Mayo.
Ya a principios de la semana pasada, los secretarios generales de CC.OO. y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, auguraban un principio de acuerdo inminente en la mesa de reforma laboral, cuyo principal objetivo es el de rebajar la elevada tasa de temporalidad española, que supera el 30%.
Fidalgo decía hace unos días que quedaban por rematar algunos flecos del acuerdo que reformará el mercado laboral español y Méndez dejaba muy claro que dicho acuerdo no traspasaría ninguna de las «líneas rojas» marcadas tanto por la patronal como por los sindicatos.
SE MANTIENE EL CONTRATO DE 45 DÍAS.
El inminente acuerdo en la mesa de reforma laboral mantendrá el contrato indefinido ordinario, cuya indemnización por despido improcedente es de 45 días por año trabajado. Esta figura contractual «no se tocará» en la reforma, aunque al mismo tiempo se mantendrá el contrato de fomento del empleo estable, que tiene una indemnización más barata, de 33 días por año.
Este último contrato, creado en 1997 por los agentes sociales, ha dado «un buen resultado», a juicio de todas las partes, por lo que posiblemente se extenderá su uso a nuevos colectivos, aunque los sindicatos han exigido que no se generalice su utilización, como pretenden Gobierno y CEOE.
Lo más probable es que el acuerdo final permita que las conversiones de temporales a indefinidos puedan realizarse al contrato de 33 días en vez del de a 45.
La reforma también modificará el actual sistema de bonificaciones a la contratación indefinida. Su duración, actualmente de dos años, se ampliará a cuatro y su cuantía será fijada por una cantidad a tanto alzado.
Las bonificaciones a la conversión de temporales a fijos desaparecerán y se acometerán reducciones en las cotizaciones al desempleo de los contratos indefinidos (de hasta medio punto en 2008 y de un cuarto de punto en 2007).
También se reducirán las cotizaciones del Fogasa, que verá mejoradas sus prestaciones, y se buscarán fórmulas para mejorar el papel de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
Los sindicatos quieren además que esta reforma introduzca mayor transparencia en la subcontratación, aunque el rechazo de la patronal ha llevado al Gobierno a dejar el peso de esta cuestión al Congreso, donde ahora se está tramitando una proposición de ley, promovida por IU, para regular las subcontratas en la construcción.
Para luchar contra el encadenamiento abusivo de contratos, el Gobierno quiere que los trabajadores que en un plazo de 36 meses hayan firmado dos o más contratos sucesivos con la misma empresa para trabajar por 24 meses o más adquieran la condición de empleados fijos.
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