La jubilación parcial dificulta el acuerdo en las reformas laboral y de pensiones

La jubilación parcial, vinculada con el contrato de relevo, es uno de los elementos que, de momento, impide cerrar con acuerdo las reformas laboral y de pensiones. Mientras tanto, Gobierno, empresarios y sindicatos continúan las negociaciones de manera intensiva. El Ejecutivo está decidido a que el entendimiento en ambas mesas surja antes del Primero de Mayo. De esta manera, la conmemoración del Día del Trabajo se convertiría en una jornada explicativa en lugar de reivindicativa.
El Ejecutivo es el interlocutor más optimista ante el desenlace de las negociaciones. Mientras tanto, las patronales guardan silencio y los sindicatos advierten de que la distancia entre las propuestas de las partes todavía es considerable.
Junto al escollo de la jubilación anticipada, que afecta a las dos foros de debate, existen desavenencias, entre otras materias, en cómo impedir el encadenamiento abusivo de los contratos temporales o cómo mejorar la protección de los trabajadores fijos-discontinuos. Tampoco está zanjado el mecanismo para controlar las relaciones laborales en las empresas de contratas y subcontratas, aunque la defensa de los trabajadores de estas compañías por parte de los delegados y comités de la principal se abre paso.
El Gobierno está interesado en parar la jubilación parcial porque cada trabajador menor de 65 años que accede a este tipo de retiro cuesta a la Seguridad Social una media de 100.000 euros adicionales. El número de beneficiados se ha multiplicado por tres desde que la fórmula se instauró en 2002.
El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, opina que el abandono parcial del trabajo es una de las principales lacras del sistema y apuesta por medidas que eviten los peligros financieros que surgirían con la prolongación de la jubilación parcial. No aboga por la supresión, pero sí por endurecer sus requisitos. Para los sindicatos es imprescindible que los cambios conserven la repercusión positiva de la jubilación parcial en el acceso al mercado laboral.
Este tipo de retiro afecta a dos colectivos de manera diferente: menores de 65 años y mayores de esa edad. En el primero de los supuestos queda vinculada a que su titular suscriba un contrato con jornada reducida y a la existencia de otro de relevo a cubrir por un parado o por un empleado temporal. La fórmula compagina salario y pensión con lo que aumenta el gasto de la Seguridad Social que tiene que adelantar parte de la prestación. Cuando son los mayores de 65 años quienes optan por la jubilación parcial no es necesario el contrato de relevo.
Los requisitos para acceder al retiro descrito a los 60 años consisten en tener 15 cotizados y continuar en el empleo, pero la jornada a desarrollar puede reducirse hasta un 85%. Los cambios barajados retrasan a los 61 años la posibilidad; elevan el horario mínimo a realizar; suben los años cotizados; y establecen una antigüedad en la empresa para poder acogerse.