España se encuentra entre los países de la Unión Europea con un mayor porcentaje de personas que trabajan en microempresas (menos de 10 empleados), el 39% del empleo total, frente al 30% de media comunitaria. Las microempresas españolas generan un valor añadido del 26,8%, lo que las sitúa también en los puestos de cabeza del ranking comunitario, según datos difundidos por la oficina estadística comunitaria, Eurostat, correspondientes a 2003.
Las compañías de menos de 10 trabajadores también juegan un papel muy importante en Italia (47% del empleo-32% del valor añadido), Polonia (41%-16%) y Portugal (40%-22%).
En España, las pequeñas empresas (10 a 49 trabajadores) representan el 26% del empleo y el 24% del valor añadido; las medianas (50 a 249) el 15% y el 17%, respectivamente; y las grandes (más de 250) el 21% de los trabajadores y el 32% del valor añadido. Los autónomos representan el 19% del empleo (20% de los hombres y 16% de las mujeres).
En el conjunto de la UE, los autónomos son el 16% del empleo total. Las pequeñas y medianas empresas constituyen el pilar de la economía comunitaria porque representan el 99,8% del total de compañías y ocupan a dos tercios de la mano de obra: 30% en las microempresas, 21% en las pequeñas y 17% en las medianas.
Entre los Estados miembros, las tasas más altas de autónomos corresponden a Grecia (32% del empleo), Italia (29%), Chipre (24%) y Portugal (21%), y las más bajas a Letonia (7%), Estonia (8%), Dinamarca, Lituania y Eslovenia (9% cada uno). Los sectores con un mayor número de trabajadores independientes son la construcción (25%), el inmobiliario, los servicios para empresa (23%), el comercio y la distribución (20%) y los hoteles y restaurantes (19%), frente al 8% en la industria manufacturera y el 11% en transportes y comunicaciones.
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