En Andalucía existen ganas de emprender y así lo ha constatado el informe que por tercer año consecutivo ha elaborado ESIC en exclusiva para la revista Andalucía Económica sobre una encuesta realizada a 1.089 estudiantes universitarios de esta Comunidad Autónoma a través de entrevistas personales mediante cuestionario estructurado, y que pretende conocer la vocación emprendedora entre los universitarios andaluces y su perfil actitudinal.
Así, de estos potenciales emprendedores, un 42,5% declara tener definido su proyecto empresarial, por lo que el índice Realizable a Corto Plazo (IRCVE) es del 13,1%. El dato es superior en 0,2 puntos porcentuales al IRCVE del año pasado y apunta una tendencia al alza en cuanto a los universitarios que quieren crear una empresa y ya tienen una idea de cómo hacerlo.
En este sentido, se trata de gente que ya sabe cuál va a ser su proyecto de emprendimiento, por lo que puede decirse que crece lentamente el número de ideas de empresas en una tendencia al alza. Así, en 2.004, el índice era del 12,6%, en 2.005 del 12,9%, y este año es del 13,1%. Si se extrapolan estos datos, y teniendo en cuenta el número total de universitarios andaluces, se puede concluir que de los 245.675 estudiantes actuales, 31.937 ya tienen en mente cuál va a ser su proyecto empresarial, así como, su futuro profesional, con todo lo que ello conlleva: aumento del número de empresas en la región y un incremento del empleo.
En líneas generales, los universitarios seleccionados para la encuesta proceden de ambientes familiares con un nivel educativo superior a la media. Está claro que el nivel educativo de los padres influye mucho en la vocación emprendedora, de tal forma sucede que a mayor nivel cultural de los padres, mayor propensión a emprender.
Por otro lado, llama la atención comprobar las diferencias que todavía se dan entre la situación laboral de los padres y de las madres, de tal manera que el 34,3% de las madres no trabaja, mientras que en el caso de los hombres, ese porcentaje se reduce al 5,4%.
Todo ello constata que aún está vigente la antigua distribución familiar en la que el padre de familia es el que trabaja fuera de casa y la madre desempeña funciones de ama de casa. En cuanto al perfil del emprendedor, no hay prácticamente diferencias de sexo.
Existe casi la misma proporción entre hombres y mujeres que desean montar un negocio propio, siendo ligeramente mayor entre el sexo masculino (51%). Entre los objetivos laborales que persiguen los universitarios andaluces, sobresale como opción estrella la de ser funcionario con un 51,3%. Por detrás están la posibilidad de tener un negocio propio (30,9%) y la de trabajar por cuenta ajena (17,3%).
Los estudiantes de Andalucía también se interesan por la consultoría y por las nuevas tecnologías (ambos sectores suponen un 22,7%). Tanto las nuevas tecnologías (22,7%) como las actividades relacionadas con la consultoría (22,7%), son los sectores que atraen con mayor interés a los estudiantes universitarios.
Los sectores químico (7,9%), de productos de consumo (6,6%), construcción (6,1%) y agrícola (2,9%), resultan mucho menos atractivos en menor medida. Los sectores de transporte, maquinaria y textil resultan ser los menos interesantes para los universitarios andaluces.
En cuanto a la disposición de crear su propio negocio, destacar que la vocación emprendedora está presente en uno de cada tres estudiantes (30,9%) mientras que para más de la mitad de ellos (51,3%) el objetivo sería conseguir un trabajo en la Administración. Sólo uno de cada cinco estudiantes elige como primera opción trabajar por cuenta ajena.
Un dato que destaca especialmente es el que tiene que ver con la opinión por parte de los encuestados de que en otras comunidades autónomas la cultura emprendedora está más arraigada que en Andalucía. Y un hecho preocupante se refiere a la consideración de que la universidad ni fomenta el espíritu emprendedor (67,6%), ni forma al respecto (77,9%). Este hecho quizás explique en parte la falta de aptitudes emprendedoras por parte de los jóvenes andaluces, así como la desorientación que tienen aquellos que sí quieren emprender pero no saben cómo hacerlo.
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