De las 364.600 empleadas de hogar de la región, sólo una de cada cuatro cotiza a la Seguridad Social. El resto, el 74 por ciento, engrosa la economía sumergida. Cada una presta servicio a 1,37 hogares de la región, es decir, a 499.490. Así lo refleja un estudio sobre el mercado de trabajo en el sector elaborado por la Universidad San Pablo CEU para la Consejería de Empleo de la Comunidad.
Las españolas son las que más realizan estas tareas (36 por ciento) y las que más cobran (6,88 euros/hora de media). Además, son las preferidas por quienes las contratan (38 por ciento) -las que menos, las magrebíes-. Quizá por tener las mismas costumbres y hábitos. Lo que ocurre es que las nacionales realizan su labor por horas (46,8 por ciento).
En el caso de las internas, son mayoritariamente las inmigrantes las que se encargan de ello (64 por ciento). Suele ser el medio elegido nada más llegar a nuestro país. Así matan dos pájaros de un tiro: techo, comida y empleo. Eso sí, a un precio bastante económico para quien lo costea: 3,04 euros la hora. Paraguayas (63,5 por ciento), filipinas (56,8 por ciento) y bolivianas (56,2 por ciento) son el grueso.
El servicio doméstico se está convirtiendo en una vía segura hacia la regularización tras un año de cotización: de hecho, puede observarse la creciente disminución de las afiliaciones a la Seguridad Social una vez conseguidos los «papeles», a un ritmo de mil bajas mensuales.
En cuanto al mercado negro en el que se mueve el sector, el informe apunta a que se ve favorecido por la creciente oferta y demanda existente, que propicia el mayoritario impago de las obligaciones tributarias y de Seguridad Social por parte de empleadores y empleados. Por distritos, Centro (53 por ciento), Vicálvaro (50 por ciento) y Salamanca (46,4 por ciento), son los que más recurren a estos servicios, y, en cuanto a municipios, Pozuelo se lleva la palma (43,9 por ciento). A la cola está Villaverde, donde más del 95 por ciento de los encuestados no tienen empleada de hogar.
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