El efecto de la inmigración sobre los salarios y las tasas de empleo españolas no es "importante", según señala el último informe mensual de 'La Caixa'. Los recién llegados han frenado el crecimiento anual de los salarios sólo en 0,04 puntos porcentuales.
Este débil efecto se debe, según el estudio, tanto a su impacto cuantitativo en los mercados laborales, como a la magnitud de los flujos migratorios registrados.
El informe calcula que la inmigración ha supuesto un freno en la tasa de crecimiento anual del salario de sólo 0,04 puntos porcentuales.
"Si estos nuevos empleados tuvieran las mismas características que los trabajadores medios españoles la cifra ascendería hasta los 0,7 puntos porcentuales", sostiene.
No obstante, los recién llegados suelen ser más jóvenes y tienen un nivel educativo inferior, por lo que el efecto real de la inmigración es menor.
El estudio apunta que, en principio, la inmigración debería significar una presión a la baja de los salarios. No obstante, sólo afecta a aquellos empleados con formación y nivel de experiencia similar al de otros trabajadores. Esto "puede afectar positivamente a aquellos con características totalmente distintas a las de los recién llegados".
Asimismo, según el informe, estos nuevos trabajadores, a pesar de suponer una competencia, pueden favorecer a la población gracias a la "complementariedad de tareas" e indirectamente gracias a los efectos en la demanda de empleo y los niveles de precios.
Los efectos de la inmigración inciden también en cuestiones como los precios de los productos. "Una disminución de los salarios acaba repercutiendo en los costes y los precios, y un nivel de precios más bajo supone un aumento del salario en términos reales", explica el informe.
Entre el primer trimestre de 2000 y el segundo de 2006 entraron a formar parte de la población activa alrededor de 2,3 millones de extranjeros –cinco veces el total de los que había hace seis años–. Esto equivale a un aumento del 12% de la oferta de trabajadores.
El 21% de los extranjeros que vinieron a trabajar a España en los últimos seis años poseía sólo los estudios primarios, frente al 15% de los españoles. Otro 21% tenía estudios secundarios, mientras que la cifra asciende hasta el 32% para los españoles.
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