Un informe de la OIT evidencia que el 25 por ciento de los jóvenes que trabaja vive por debajo del umbral de la pobreza
El número de jóvenes menores de 25 años que busca trabajo y no lo encuentra aumentó en todo el mundo, en la última década, de 74 a 85 millones, lo que supone que al final de 2005 el desempleo juvenil era del 13,5 por ciento.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó hoy un informe sobre la evolución del empleo juvenil en el mundo, en el que se pone de manifiesto que el 25 por ciento de los jóvenes que trabaja vive, sin embargo, por debajo del umbral de la pobreza.
«Uno de cada tres jóvenes de entre 15 y 24 años está buscando trabajo sin éxito, ha abandonado esa búsqueda por completo o está empleado pero vive con menos de 2 dólares diarios», lamentó el costarricense José María Salazar, director de la división de Empleo de la OIT durante la presentación del informe.
En cuanto al número desempleados -quienes buscan activamente empleo pero no lo encuentran-, el informe apunta que en la última década ha aumentado el 14,8 por ciento.
Una de las razones de ese incremento es que la población juvenil ha crecido el 13,2 por ciento entre 1995 y 2005 (hasta 1.023 millones de personas), mientras que la disponibilidad de empleos para jóvenes sólo lo hizo el 3,8 por ciento, hasta alcanzar los 548 millones de puestos de trabajo.
Por ese motivo, las posibilidades que ahora tienen los jóvenes de estar desempleados triplican a la de los adultos, ya que el paro de esos últimos era en 2005 del 4,6 por ciento (frente al 13,5 por ciento de los menores de 25 años).
De esa forma, el 44 por ciento de todos los parados que hay en el mundo son menores de 25 años, mientras que sólo representan el 25 por ciento de la población mundial, según la OIT.
La tasa de desempleo juvenil más elevada se registra en Oriente Medio y el norte de Africa, donde asciende al 25,7 por ciento, así como en Europa central y del este y en la Comunidad de Estados Independientes (CEI), donde se eleva al 19,9.
En Africa subsahariana la tasa es del 18,1 por ciento, en América Latina y el Caribe del 16,6, en Asia suroriental y el Pacífico del 15,8, en Asia meridional del 10 y en Asia oriental del 7,8.
La región formada por las economías industrializadas y la Unión Europea (UE) es la única donde en la última década se ha registrado un descenso considerable del desempleo juvenil (del 17,5 por ciento), hasta situarse en el 13,1 por ciento, informó la OIT.
Sin embargo, ese descenso «se debe más a la falta de interés de los jóvenes por incorporarse al mundo laboral antes de los 25 años, que a la aplicación de estrategias exitosas para reducir el paro juvenil», explicó Salazar.
Por sexos, la brecha de participación en el mundo laboral entre hombres y mujeres jóvenes es mayor en el mundo en desarrollo, debido, según la OIT, a «tradiciones culturales, la falta de oportunidades para que ellas puedan combinar el trabajo con las tareas de hogar y la tendencia a despedirlas antes que a ellos».
«Sin embargo, el paro no es el principal problema de ámbito laboral al que se enfrentan los jóvenes del mundo -según Salazar-, ya que unos 300 millones de trabajadores de entre 15 y 24 años vienen por debajo del umbral de la pobreza».
Esa cifra supone cerca del 56,3 por ciento de los jóvenes que trabajan en todo el mundo (25 por ciento de toda la población juvenil) que, además, suelen enfrentarse a «largas jornadas, contratos temporales o informales, salarios bajos, protección social escasa o inexistente, mínima capacitación, y falta de voz en el trabajo», añade el informe.
Otro aspecto que preocupa a los responsables de la OIT es que cada vez son más los jóvenes que ni estudian ni trabajan, situación en la que se encuentra el 34 por ciento de los de Europa central y oriental, el 27 del Africa subsahariana, el 21 de Latinoamérica y el 13 de las economías industrializadas y la UE.
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