Se buscan obstetras, anestesistas, pediatras, cirujanos cardiacos, traumatólogos y expertos en radiodiagnóstico, entre otros muchos especialistas. El llamamiento no se lee aún en la sección de anuncios clasificados de ningún periódico, pero de seguir así las cosas puede que el lector encuentre en alguno de ellos este tipo de demanda el día menos pensado. A la proclama reciente de la Asociación Nacional de Pediatría, que ha tenido que suplir con médicos de familia a sus colegiados en comunidades como Cataluña, Aragón y Canarias, se suman esta semana la declaraciones realizadas por José Manuel Bajo Arenas, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO): «Nos enfrentamos a una grave situación. Nuestro país padece de una escasez importante de especialistas que quieran atender partos. Los obstetras se están marchando a la rama de ginecología, cuyo campo de atención ha aumentando con los tratamientos de infertilidad, la menopausia, la contracepción, la ginecología oncológica, los problemas de incontinencia o la adolescencia. De hecho, tantas ramas distintas nos van a obligar a aumentar en un año el tiempo de formación de esta especialidad».
No hay, según este experto, una única razón detrás del 'abandono de los paritorios' y del consiguiente aumento de demanda, por parte tanto de los centros públicos como de los privados, de personal cualificado que quiera ayudar a traer niños al mundo. Las causas son múltiples. «La primera es que nuestra especialidad se ha convertido en una actividad de riesgo. La asistencia al parto cambia continuamente acorde con las presiones de una sociedad que lógicamente pide tanto la seguridad en el fondo, como la comodidad en la forma. Se nos exige que la gestante tenga una salud impecable en todo el embarazo y que, en un alumbramiento poco traumático, de a luz un hijo sano, Si no es así, la culpa es del obstetra», recuerda.
Y pone como ejemplo el alto precio que estos expertos tienen que pagar cuando algo sale mal, y no necesariamente por su responsabilidad. «Se están viendo inmersos en procesos judiciales con penas de cifras escandalosas, como la última a la que nos hemos enfrentado que asciende a un millón de euros, un año de cárcel e inhabilitación. Cada día llegan hasta este despacho los casos de especialistas que piden el amparo de la SEGO porque se han visto denunciados», apostilla.
Este hecho se suma al aumento de la población, debido a la llegada de inmigrantes jóvenes, en edad reproductiva, que buscan asistencia sanitaria. «Aumentan los 'clientes', pero no se ha producido una elevación similar en el número de ginecólogos», añade Bajo Arenas. Finalmente, este experto recuerda: «Hay un repunte de la natalidad en nuestro país entre madres españolas de nacimiento». La solución a este problema, y que ya se han planteado en otras instituciones, pasa por recurrir a expertos tanto de Europa como de Latinoamérica. Precisamente, hace poco el Hospital de Gandía (Valencia) estaba buscando anestesistas en Polonia. No es el único. Un 10% de los médicos especialistas de esta comunidad procede del extranjero.
La 'prueba de fuego' la tiene que pasar ahora el nuevo Hospital de Formentera que abrirá sus puertas en enero del próximo año y que ya ha realizado una oferta pública, aquí y en la Unión Europea, para cubrir hasta 17 plazas de especialistas entre las que se encuentran la de obstetricia y ginecología, anestesiología, pediatría, medicina interna y traumatología, entre otras.
http://www.elmundo.es/suplementos/salud/2006/683/1162594814.html
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