Japón se encamina a contar en 2050 con una población anciana, con sólo 1,5 trabajador por cada jubilado, en caso de que no se ataje la bajísima tasa de fertilidad de las mujeres, ha anunciado el Gobierno nipón.
En un informe sobre este acuciante problema, el Ejecutivo pidió hoy medidas 'urgentes' para frenar el envejecimiento de la población y estimular la natalidad, después de que el año pasado las muertes superasen por primera vez a los nacimientos en un número de 21.408.
En 2005 las mujeres japonesas de entre 15 y 49 años tuvieron sólo 1,26 hijos de media, una tasa mínima récord, debido sobre todo al descenso de los matrimonios y a que la mayoría de las parejas japonesas se decantan por un solo descendiente.
La tasa de fertilidad bajó ese año en las 47 provincias japonesas menos en la prefectura de Fukui y marcó en Tokio el caso más preocupante: sólo 0,98 hijos por mujer en edad de procrear.
'Es obvio que Japón se ha convertido en una sociedad que pierde población', indica el llamado 'Papel Blanco' sobre una sociedad japonesa con pocos niños, aprobado hoy por el Gabinete nipón.
El envejecimiento de la población japonesa se ve facilitado, entre otros datos, por el hecho de que este país tiene la media más alta del mundo en la expectativa de vida para las mujeres, 85,59 años, mientras los hombres nipones alcanzan un promedio de 78,6 años, sólo superado por los finlandeses.
El descenso de la población y su consiguiente efecto sobre la masa laboral ponen en riesgo los actuales sistemas de pensiones y de seguridad social en Japón pues la baja natalidad no corresponde con las cuotas necesarias para mantener a la población anciana.
En este contexto, el Gobierno nipón se muestra favorable a una serie de medidas como dar más facilidades por parte de las empresas para que las mujeres puedan criar a sus hijos y para que los hombres participen también más en su cuidado.
Una encuesta publicada hoy por el periódico 'Nihon Keizai' revela que la sociedad japonesa sigue siendo machista, pues un 57 por ciento piensan que el lugar de los hombres es el trabajo, mientras el de las mujeres es la casa.
El Gabinete reclama en su informe una 'reforma en los estilos de trabajo' para rebajar el número de horas laborales y ayudar a que las personas puedan conciliar el trabajo y la vida familiar, además de apoyar a las madres para que no se sientan aisladas en el cuidado de sus hijos.
A la vez, pide una mayor implicación de los gobiernos locales en el problema mediante la aprobación de programas que extiendan los servicios para atender a niños enfermos y ofrecer ayuda en las tareas domésticas.
También se sugiere la aplicación de medidas como las adoptadas en la prefectura de Ishikawa, donde se ofrecen descuentos en las compras a las familias que tienen tres o más hijos.
Pero el informe divulgado hoy por el Gabinete japonés no está sólo lleno de malas noticias pues asegura que este año han aumentado las bodas y también los nacimientos de niños con respecto a las cifras negativas de 2005.
En los primeros ocho meses de este año, el número de niños nacidos en Japón superó en 17.600 a los del mismo período de 2005.
La tendencia a un descenso de la fertilidad en Japón se inició en 1975, cuando la media de nacimientos se situó por primera vez en menos de dos hijos, concretamente en 1,91, y ha seguido descendiendo paulatinamente hasta el año pasado.
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