Las titulaciones que se imparten suelen corresponder a algunas de las profesiones más demandadas actualmente en el mercado laboral, por lo que también pueden ser utilizadas por los soldados como trampolín de acceso al empleo si desean volver a la vida civil. «Cuentan con una acreditación que da validez oficial a los estudios que se cursan dentro de las Fuerzas Armadas, lo que facilitará su contratación en el sector privado o la concurrencia a los procesos selectivos de la oferta pública de empleo, una vez que dejen las Fuerzas Armadas» asegura el Teniente Coronel Juan Carlos González Díez, jefe del área de estudios de la Subdirección de Tropa y Marinería Profesional.
Formando especialistas
Durante el año 2006 se realizaron 120 cursos de 41 especialidades profesionales diferentes, a los que asistieron un total de 1.800 soldados y marineros (1.245 pertenecientes al Ejército de Tierra, 240 a la Armada y 315 al Ejército del Aire).
Tener nacionalidad española o de los países que establece el reglamento de acceso a extranjeros, contar con más de 18 años de edad y menos de 27, acreditar buena conducta ciudadana, no estar privado de los derechos civiles, no estar procesado por delito doloso o inhabilitado para el ejercicio de las funciones públicas, y demostrar la aptitud física que se exige, son los requisitos para poder acceder a esta formación dentro de las Fuerzas Armadas.
Uno de los centros formativos que imparte un mayor número de especialidades técnicas es la Academia de Logística del Ejército de Tierra, creada en el año 2001 y con base en la ciudad aragonesa de Calatayud. Por sus aulas han pasado durante el curso 2005-2006 un total de 1.145 alumnos, entre oficiales, suboficiales y tropa profesional.
«La Academia es una ciudad en pequeño» explica su director, el General Fernando Moragrega Verdejo, «cuenta con polideportivo, gimnasio y pistas de deportes, biblioteca con acceso libre a Internet, una oficina bancaria, servicio de correos, lavandería, sala de juegos, asistencia sanitaria…».
Durante un periodo que comprende de siete a nueve meses, los soldados cursan su especialidad, una formación similar a los títulos de técnico de grado medio de la FP tradicional, que completan con prácticas en las unidades del Ejército de Tierra. Al final de su formación obtienen el título de Técnico Militar en la especialidad elegida, homologado por el Ministerio de Educación y Ciencia.
El General Moragrega afirma que se ha apreciado un aumento en la demanda de estos cursos, especialmente entre las mujeres. «En algunas especialidades alcanzan el 40% de los alumnos» indica.
Sandra Sáez estudia en la Academia la especialidad de administración porque, según dice, «es lo que mejor se le da». Desde que acabó el instituto ha trabajado como administrativa en distintas empresas. Entró en el Ejército «por vocación y buscando estabilidad profesional». Asegura que la formación militar le ha aportado experiencias que no había vivido hasta ahora.
Conseguir una buena formación fue el principal motivo de Ricardo Fernández para elegir los estudios de mantenimiento de aeronaves, con los que podrá conseguir su sueño: trabajar con helicópteros.
José Gómez, que estudia electricidad en la Academia, cree que su paso por el Ejército le ha ayudado a «crecer como persona». Aún no ha decidido qué hará cuando termine su formación, pero probablemente seguirá en el Ejército o intentará conseguir una plaza como Guardia Civil.
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