El debate sobre la sustitución del hombre por la máquina se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, a la época de la revolución industrial. Ciento cincuenta años después la mecanoclastia sigue manteniendo la misma vigencia que antaño, aunque ahora la pelea no es con las calderas de vapor sino con los robots.
En la provincia de Jaén existen 1.850 expendedoras automáticas que distribuyen una gama de 250 productos diferentes, aunque la mayoría de ellas se centran en el negocio de la restauración, fundamentalmente las que despachan cafés, refrescos, botellas de aguas y aperitivos de todo tipo.
El mercado del 'vending' avanza a pasos agigantados y se adapta a las necesidades del público. Ya no es necesario entrar en los establecimientos comerciales para adquirir preservativos, tarjetas de móviles o tapones de silicona para los oídos. Tan sólo hace falta llevar algo de dinero suelto en el bolsillo (ahora también se admiten billetes) y proveerse en cualquiera de los artilugios que se pueden encontrar en plena calle, en compañías con cierto número de empleados (por lo general más de veinte) o en los hospitales.
Ahí está el problema. Según las estimaciones que realiza UGT-Jaén, dos de estos dispositivos anulan un puesto de trabajo. El secretario de Federación de Turismo, Comercio, Hostelería y Juego del sindicato, Bartolomé Muñoz, considera que este sistema de venta está haciendo un gran daño en sectores como el de la hostelería, 'ya que los empresarios han encontrado la manera de ofrecer un servicio sin tener que contratar a camareros, por lo que se ahorran sueldos, seguros sociales y demás gastos'. 'Con el agravante -comenta- de que el usuario no tiene a quién dirigirse personalmente si se ha comprado algo defectuoso, especialmente si se trata de comida o bebida'. Por ello aboga por la puesta en marcha de una legislación que regule la cantidad de mecanismos que se colocan tanto en organismos públicos como en otras sociedades mercantiles.
Este punto de vista no es compartido por las firmas que se dedican a este negocio. El delegado de Necta Vending Solutions para Andalucía Oriental, Antonio Nieto, opina que estos aparatos son una alternativa, ya que se ponen en lugares donde no hay bares. 'El que sale a desayunar sigue haciéndolo en la cafetería que tenga al lado', apunta. También agrega que ellos mismos se han convertido en grandes generadores de empleo, 'puesto que un operador medio precisa de una plantilla de entre 40 y 50 personas para instalar y mantener todas las terminales'.
El negocio del 'vending' goza de buena salud en Jaén. Se estima que los 1.850 dispensadores facturan diariamente una media de 37.000 euros. Los precios de los artículos son 'a priori' más rebajados que los se manejan en los canales tradicionales, puesto que los coste de explotación también son sensiblemente más bajos al no intervenir el factor humano. Las tarifas se determinan en función de la demanda que se registre.
En el caso de las cafeteras, el valor final depende de la cantidad de consumiciones. Si se superan las 40 al día, el usuario tendrá que pagar unos 0,40 euros, pero si no se sobrepasan lo habitual es cobrar 0,50 euros. En otros casos son las propias empresas las que subvencionan este tipo de prestaciones para que resulten asequibles tanto para sus asalariados como para sus clientes. Esta fórmula de cooperación económica es frecuente en las grandes superficies.
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