En 2005 la presión fiscal sobre el salario medio se situó en el 39%, según datos de este organismo.
Eso supone que, de cada 100 euros que recibe un asalariado tipo español, 39 se dedican al pago de impuestos y a contribuciones a la Seguridad Social.
Se trata de la cifra más alta desde el año 2002, cuando la presión fiscal sobre los salarios se situó en el 39,1%, para caer al 38,5% en 2003 -tras la segunda reforma fiscal acometida por el Gobierno del PP-, y subir al 38,7% en 2004.
Frente al 39% en que se situó la presión fiscal sobre los salarios en España en 2005, la media de la OCDE fue del 37,2%, aunque con una notable diferencia entre los miembros europeos del organismo (40,2%) y los no europeos (22,6%).
Entre 2000 y 2005, la brecha entre la presión fiscal de los asalariados españoles y los de la OCDE ha ido creciendo paulatinamente, desde los 0,7 puntos del primer ejercicio hasta los 1,8 del último para el que hay datos.
Los comentarios están cerrados.