14 de noviembre de 2024
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Para Fidalgo, que los jóvenes cobren poco es ley de vida

Para Fidalgo, que los jóvenes cobren poco es ley de vida

Fidalgo reconoce que "estamos más cerca del pleno empleo que hace unos años"; sin embargo, advierte de que el modelo de crecimiento español no es demasiado sólido porque se apoya en dos sectores, la construcción y los servicios, que acaparan mano de obra barata y poco cualificada. Con la inmigración se muestra pragmático: la llegada de trabajadores extranjeros -dice- "nos ha venido bien".

Lorenzo Calonge

http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/2007/02/18/economia/espana-mundo/d18esp44.819061.php

La economía española ha crecido de forma notable en los últimos años y se ha colocado en el octavo puesto mundial por PIB. Muchas voces piden la entrada en el club del G-8. ¿La situación general de los trabajadores se encuentra a la altura de estos buenos resultados?

Globalmente, ha mejorado al paso de la economía. No sé si en paralelo, pero ha mejorado. En los últimos 10 ó 12 años hemos contribuido a construir un ciclo de crecimiento que encuentra muy pocos precedentes tanto por su intensidad como por su duración. Disfrutar de una década con incrementos anuales del Producto Interior Bruto en torno al 3% no es muy habitual en la historia de nuestro país y de nuestro entorno. Podemos decir que en este periodo se han creado siete millones de empleos. La situación de los trabajadores, sin embargo, depende más del modelo que de la intensidad. Nosotros hemos dicho que este modelo genera distorsiones. El tejido productivo ha estado basado en la construcción y en los servicios, y eso genera mucho empleo precario. Son sectores que absorben mano de obra poco cualificada y poco productiva, y que ayudan a la importación de mano de obra barata. Las reformas laborales tienen un límite en el modelo de crecimiento. Aunque también hay que decir que ha sido bueno porque ha asentado las relaciones laborales y ha permitido expandir los derechos sociales, cosa que en un ciclo más corto de crecimiento, posiblemente, hubiera costado más.

¿Es posible llegar al pleno empleo?

El pleno empleo es un concepto que los teóricos consideran cumplido para la mano de obra masculina, al menos, en 15 de las 51 provincias. Evidentemente, estamos más cerca del pleno empleo global que hace unos años. Si llegamos o no dependerá del ciclo y de lo que hagamos en materia de política económica y social, y de la concertación.

El ministro Caldera comenta que se ha puesto como objetivo una tasa del 5%-6% de desempleo.

Eso, como digo, es un hecho en unas 15 provincias en los índices masculinos. Aunque también existen muchas diferencias geográficas.

Lo lógico es que el paro baje ahora con más lentitud, el margen es menor.

No sé, ni los economistas, ni los sindicatos ni el ministro Caldera somos profetas.

Una de las sombras en el empleo es la temporalidad. Aproximadamente, un tercio de los contratos son temporales. La reforma laboral firmada el año pasado perseguía reducir este índice. ¿Está dando los frutos deseados?

Se ha atacado la temporalidad con las limitaciones objetivas que tiene luchar con el Boletín Oficial del Estado y con el Estatuto de los Trabajadores. Con el mismo Estatuto, en unos ámbitos geográficos se dan unos índices más bajos que en otros. Y en el Estatuto hay unos márgenes para la temporalidad mucho más altos en la construcción que en el sector industrial. Desgraciadamente, nuestro país se está escorando mucho hacia la construcción y el sector servicios. La reforma laboral está dando los resultados esperados, que deben ser los deseados. El plan de choque ha tenido efectos excelentes porque ahora tenemos un millón de contratos indefinidos que hace unos meses no existían. En cualquier caso y aunque creo mucho en las reformas laborales para limitar algunas derivas, nunca diré que una reforma vaya a conseguir la extinción de la temporalidad. El origen de ésta se encuentra en el modelo productivo.

El ministro Caldera comentaba que un 20% de contratos temporales sería un "sueño" para él.

Caldera debería atender más a algunas consideraciones que le hemos hecho. El 50% de los contratos temporales están realizados con fraude y abuso de ley porque la inspección de trabajo resulta anoréxica. Él adquirió el compromiso de utilizar la Inspección de Trabajo, pero no lo ha cumplido.

¿Pero cree que ese 20% es factible?

Si la Inspección de Trabajo llegara con la misma prontitud y eficiencia a las empresas de lo que llega la Agencia Tributaria a los contribuyentes, estoy convencido que sin ninguna reforma laboral tendríamos la mitad de temporalidad que ahora.

¿Y por qué no se aplica con rigor la inspección de trabajo?

Eso se lo tiene que preguntar al ministro de Trabajo.

Otro de los puntos débiles es el desempleo femenino, casi el doble que el masculino.

Responde a raíces de evolución histórica de la economía española.

El 90% de los nuevos parados de enero fueron mujeres.

Eso tiene una lectura negativa y otra positiva. La negativa es que son mujeres y la positiva es que el paro lo componen también mujeres que quieren buscar empleo y que, posiblemente, hace diez años no se apuntaban al INEM.

¿Cuáles deben ser las claves para rebajar esta tasa?

Hay que incentivar un cambio. Nuestro modelo no sólo tiene la consecuencia negativa de la precariedad laboral, sino también de la balanza comercial. A pesar de tanto crecimiento, tenemos la balanza más negativa de todos los países desarrollados. Los sectores que están liderando el crecimiento español se basan en el consumo interno y, además, son inflacionarios. El incremento de los precios en la construcción y en los servicios es mucho más amplio que en la industria. Tenemos que desincentivar esa deriva. La inversión privada es libre, pero la política económica y fiscal que hace un gobierno puede reorientarla. Habría que apostar por unos sectores que garanticen que van a invertir en competitividad. Y eso es todo lo contrario que invertir en mano de obra barata y en bienes y servicios que no compiten con el exterior.

Volviendo al problema femenino, las mujeres, además, cobran menos que los hombres.

Cobran menos porque trabajan en sectores menos productivos, con mano de obra menos cualificada y más barata. Digamos que es porque entraron en el mercado de trabajo por la cola.

En las aulas universitarias, las mujeres han igualado o superado en número a los hombres. Se supone que la propia realidad, al margen de las medidas políticas que se puedan tomar, equilibrará poco a poco las condiciones.

Las mujeres, en unos años, también estimuladas por acciones positivas, incrementarán su presencia en sectores y estamentos donde hoy se encuentran infrarepresentadas.

Una de las patas en las que se ha apoyado el crecimiento económico ha sido la población inmigrante. Sin embargo, aquí también se produce un dato preocupante: su tasa de desempleo (en torno al 12%) es el doble que la masculina global.

Las cifras de paro de los inmigrantes están relacionadas con el desempleo que genera el trabajo precario. España no puede pretender ser competitiva en el exterior si basa sus ganancias empresariales en sectores que importan mano de obra barata. Los inmigrantes aquí no han venido a quitar el trabajo a nadie, sino a llenar los huecos que demandan sectores de crecimiento económico. Estos no ofertan trabajo con futuro para jóvenes españoles que se incorporan al mercado laboral, posiblemente, cargados de títulos universitarios.

¿El trabajador español ha asimilado bien el gran número de extranjeros llegados en los últimos años?

Sí. No he oído diatribas contra la inmigración. Hemos avisado de que hay que aplicar una política integral de apoyo, que no existe, para aprender a gobernar los flujos y evitar a medio plazo efectos nocivos.

¿Y el empresario le está dando al trabajador inmigrante el mismo trato que al español?

El inmigrante, habitualmente, no es tratado igual. Según la última encuesta de salarios, tiene unas retribuciones salariales entre un 15 y un 20% inferiores. Y esto refleja la explotación, la opacidad y, de alguna manera, la despreocupación del Gobierno en la vigilancia de las condiciones de trabajo, en la ausencia de una Inspección de Trabajo que no está dotada de medios.

Muchos de estos extranjeros vienen con títulos universitarios. ¿Existe una resistencia de los empresarios para ofrecerles puestos de trabajo más cualificados?

Supongo que tienen que hacer su carrera profesional como los españoles. Yo, los chicos y chicas españoles que conozco con una titulación tampoco entran en el mercado en puestos de directivos.

¿Dispone de un cálculo de cuántos extranjeros irregulares se encuentran ahora trabajando en España?

El doble de los que yo querría, pero bueno… En las administraciones suele haber reparos a decir cifras. No voy a dar ningún dato, pero muchos.

Ustedes son partidarios de la contratación en el país de origen.

Somos partidarios de impedir que la inmigración sin regulación se convierta en una oportunidad para empresarios sin escrúpulos.

¿España necesita ahora mano de obra extranjera?

Necesita o no según su tejido productivo. Nos ha venido bien, pero a las afirmaciones, por ejemplo, de Miguel Sebastián (ex asesor económico de Zapatero y actual candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid), en las que decía que aquí cabían 1,5 millones de inmigrantes más, siempre he replicado que de pie, posiblemente, quepan más. Me disgusta esta predicción y estoy absolutamente en contra de la tesis de Sebastián.

Cifras al margen, ¿se necesitan más?

Depende. La expresión de la necesidad en el mercado español tiene que concretarse a través de un contingente lo más preciso posible.

Ustedes pidieron a final de año que se retrasara la entrada de los ciudadanos rumanos y los búlgaros (nuevos países miembros de la UE) en el mercado laboral.

Nosotros, la UGT y la patronal recomendamos al Gobierno un periodo transitorio para los rumanos. Entre otras cosas, porque aquí tenemos una bolsa de rumanos y la capacidad de acogida es limitada.

Hace unos días firmaron con UGT y la CEOE el Acuerdo de Negociación Colectiva para 2007 que, entre otros objetivos, persigue la moderación salarial. ¿No tiene la sensación, cifras oficiales al margen, de que la capacidad adquisitiva del trabajador ha bajado tras entrar en vigor el euro?

Miro los cuadros y hojas de cálculo y no veo eso. Precisamente, los salarios negociados han ganado poder adquisitivo desde que empezamos a hacer los acuerdos de negociación colectiva, y antes no ocurría esto.

Hablando de sueldos, uno de los fenómenos más comentados en la última época es el de los mileuristas (trabajadores jóvenes que apenas cobran los 1.000 euros). ¿Qué opinión le merece?

Bueno, eso es ley de vida. Se irá corrigiendo con el tiempo y con la vida.

Un informe de la OCDE (Organización y Cooperación para el Desarrollo Económico) apuntaba que España es el único país donde tener un título universitario no aumenta las posibilidades de disfrutar de un buen trabajo.

El mercado está muy poco ajustado en sus demandas al nivel de titulación. La política educativa ha sido nefasta y se ha impulsado un aumento masivo de las titulaciones universitarias sin atender al mercado de trabajo. Por ejemplo, la Formación Profesional está abandonada.

¿CCOO apoya la campaña que se ha iniciado para homogeneizar los horarios españoles con los europeos?

La vida homogeniza las condiciones en función del mercado, de la cultura y de la manera de hacer las cosas. Este tipo de cosas no se hacen por indicación, sino que las conduce la vida. La actividad laboral se va ajustando a las necesidades del aparato productivo por lógica económica, y no por indicaciones. Lo que importa es que la gente tenga una jornada racional, y que pueda compatibilizar la vida personal con la laboral.

¿La semana de las 35 horas es una posibilidad?

Yo nunca he demandado una legislación que fije por ley una semana de 35 horas. De hecho, en sitios como Francia, donde se intentó, fracasó. También hay que tener en cuenta las horas extra que se hacen en esa situación. Esto de las 35 horas es mucho más difícil de definir que un eslogan.

¿El sistema de la Seguridad Social está asegurado?

Depende de lo que hagamos. El sistema depende de dos pilares: del empleo y de las reformas que vayamos haciendo. Ahora el sistema está más saneado porque ha habido un buen ciclo de empleo y se han practicado unas reformas con sentido.

El ministerio dice que está asegurado para unos 20 años.

Si el ministerio dice eso, habría que preguntarle al ministro qué habría que hacer dentro de 20 años. Yo no hago predicciones de ese estilo.

Desde la administración se está intentado que los trabajadores retrasen, si pueden, su edad de jubilación.

Se está recomendando, pero eso lo deciden las empresas.

Hace unos días se anunciaba un artículo del nuevo asesor económico de Zapatero, David Taguas, en el que aconsejaba situar la edad de jubilación en 70 años.

Esas recomendaciones son vacías. La edad de jubilación la determina el mercado de trabajo y la voluntad de las empresas de renovar plantillas. Ahora mismo la media de edad de jubilación es de unos 62. Si esa media no llega a lo que dice la ley que sería la conveniente (65), a partir de aquí todas las recomendaciones que se hagan de aumentarla son vacías.

¿Existe un déficit también en la formación de los trabajadores?

Sí, se ha dejado al libre albedrío de las empresas privadas, unas tienen bien hechos sus deberes y otras no.

Se marcha el presidente de la patronal, José María Cuevas, para el que ha tenido palabras de elogio.

No tengo ninguna queja sobre él ni en lo personal ni en lo profesional. El diálogo social ha sido muy fluido. Posiblemente, uno de los ingredientes del éxito de la economía es éste. Cuevas ha sido un factor clave.

¿Es más fácil la interlocución con un Gobierno de izquierdas?

No, la interlocución no tiene nada que ver con su espectro ideológico., depende de la lealtad de las partes.

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