Los ministros de Agricultura de la UE pidieron ayer que se aprovechen las oportunidades de las energías renovables e internet, así como el desarrollo de las infraestructuras, para promover el empleo rural y evitar el despoblamiento.
El Consejo de Ministros de Agricultura aprobó un documento que propone medidas para impulsar la creación de empleo en las zonas rurales, que se ven amenazadas por la pérdida de puestos de trabajo en los próximos años.
La Comisión Europea calcula que en los próximos siete años se perderán entre cuatro y seis millones de puestos de trabajo en el mundo rural de la Unión Europea, así como otros cinco millones de personas que trabajan en explotaciones agrícolas pero que técnicamente están en el "desempleo oculto".
Por ello, los ministros recalcaron, en un documento de conclusiones, que las zonas rurales deben estar en una posición desde la que "puedan aprovechar" las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías en campos como las energías renovables, la recuperación de energía.
Además, el Consejo recalcó que las personas son el recurso más valioso del mundo rural, por lo que "es muy importante" que las mujeres jóvenes y las familias no se desplacen.
Con ese fin, afirmó que "debe haber" suficientes infraestructuras de apoyo familiar (como guarderías, escuelas, centros comerciales e instituciones culturales) a "distancia razonable" de los hogares.
Los ministros insistieron también en que las áreas rurales tengan "acceso adecuado" a las tecnologías modernas de información y comunicación, en alusión a internet y las redes de banda ancha.
Estas tecnologías "son cruciales" para las empresas agrícolas y las comunidades rurales, ya que son un "factor vital" en el mantenimiento y expansión de las zonas rurales como lugar de instalación de empresas y la creación de servicios que generen empleos sostenibles, añaden las conclusiones.
Los ministros pidieron a la Comisión Europea que estudie la situación del empleo rural y presente un informe centrado en análisis sobre los jóvenes y las mujeres.
A la hora de consensuar este documento, hubo dos grupos de países, por un lado los que como España defendieron que las medidas de mercado de la PAC, tales como las ayudas directas, son fundamentales para el empleo en el campo, y los países que creen que no son necesarias.
El texto que aprobó el Consejo incluye una mención al "papel crucial" de esos apoyos directos en ayudar a que la agricultura europea cumpla sus múltiples tareas.
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