El número de ocupados en el sector agrario descendió en 47.600 personas durante 2006, lo que representa una caída del 5% respecto al año anterior. Por primera vez, en los últimos cuatro años, se ha roto la tendencia de estabilidad existente, situada en torno a los 940.000 empleos para dejar esta cifra en 893.000 efectivos, según datos hechos públicos por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).
Para los responsables de esta organización agraria, se trata de un cambio de tendencia que responde a la repercusión de los malos resultados económicos del sector desde hace tres años, con caídas de renta del 12,7%en 2005 y del 3,7% en 2006.
Este cambio de tendencia, según el departamento de política agraria de COAG, responde a la repercusión de los malos resultados económicos, y se produce en el primer año de aplicación del sistema de desacoplamiento de las ayudas directas en el Estado, a través del pago único por explotación. «Lamentablemente, hemos detectado fuertes impactos sobre algunos sectores en relación a 2005 como trigo duro, lentejas y garbanzos, vezas y yeros (algarrobas), remolacha, algodón y tabaco», al igual que la renta agraria total, que cayó un 3,7% en términos reales en el año 2006 respecto al anterior. COAG asegura que la evolución de esta renta se encuentra por debajo de la conseguida en el año 1990. Por ello, y teniendo en cuenta que el descenso de la renta en 2005 fue del 12,7% debido a circunstancias climáticas adversas, como la sequía y las heladas de ese año, «es evidente que el dato de 2006 adquiere extraordinaria gravedad».
Para la Coordinadora de agricultores y ganaderos se está entrando en «una dinámica preocupante, ya que nos acercamos a la cifra mínima de ocupados que necesitamos para mantener un sector agrario viable. A partir de cierto punto podemos entrar en un proceso de desmantelamiento».
Otro factor a tener en cuenta, asegura, es la falta de relevo generacional, con unos niveles muy bajos de jóvenes agricultores al frente de las explotaciones, que se enfrentan a unas carencias estructurales importantes como es el caso de la innovación, diversificación, gestión, tecnología, técnicas de valoración de los productos, entre otras.
El informe sobre el empleo de COAG pone de manifiesto que la agricultura sigue siendo una profesión mayoritariamente masculina, en la que únicamente trabajan un 28% de mujeres. La incorporación de un mayor número de mujeres es, a juicio de esta organización, uno de los principales retos con vistas al futuro.
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