España tenía en 2006 1,24 personas inactivas o paradas por cada trabajador, una proporción que se ha mejorado con el paso de los años ya que en 1980 existían 2,16 no ocupados por cada empleado.
Una de las razones principales para la mejora es la aportación de la inmigración a la población ocupada.
Caixa Catalunya también señala en su último Informe sobre el consumo y la economía familiar que existen otros factores para el descenso del 42,6% en la proporción de 2006 respecto al mismo dato registrado en 1980: "la nutrida generación de 'baby-boomers' que está en la actualidad en el mercado de trabajo y un descenso de la población inferior a los 16 años que ha compensado el incremento de la población mayor de 64 años".
La inmigración, clave
La entidad destaca que "el choque inmigratorio que ha vivido la economía española a lo largo de la última década se ha concentrado en los grupos de edad de población potencialmente activa (de 16 a 64 años), que representa más del 85% de la población inmigrante residente en España".
El peso de los ocupados sobre la población total es visiblemente más elevado en el colectivo de inmigrantes (un 61,9% en 2006) que en el de los nativos (un 42,6% en 2006). En el ámbito de la población inmigrante residente, en 2006 había en España 0,61 no ocupados por cada trabajador, la mitad de la ratio de 1,35 registrada por la población nativa.
La fuerte creación de empleo registrada por la economía española en la última fase de expansión ha permitido, según se desprende de este estudio, "una sostenida disminución de la ratio de población no ocupada por trabajador en el colectivo de inmigrantes desde la década de los 90".
Por lo que ser refiere a la población nativa, la caída de la relación de no ocupados por trabajador ha sido constante con unas ratios de 2,16 en 1980, de 2,03 en 1990, de 1,64 en 2000 y de 1,35 en 2006.
El informe advierte del "carácter transitorio de esta situación", puesto que, por una parte, "se agotarán los efectos del choque inmigratorio", y por otra, "la generación de los 'baby-boomers' abandonarán el mercado de trabajo en unos 20 años" y será sustituida por una generación posterior "menos nutrida que tenderá a presionar al alza la proporción de no ocupados por cada trabajador".
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