El Banco de España advierte en su último informe anual de que la estructura empresarial específica de España, caracterizada por empresas de pequeño tamaño, "puede estar ralentizando el crecimiento de la productividad".
Analizando la contribución al crecimiento de esta variable de las empresas ya establecidas, las entrantes y las que salen del mercado, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez concluye que la aportación más importante al impulso de la productividad proviene de las empresas ya instaladas y dentro de ellas, de las grandes empresas.
Por su parte, la productividad de las nuevas sociedades es inferior a la media de las empresas ya instaladas, lo que resulta "coherente" con el hecho de que las compañías de nueva creación inician su actividad con un nivel de productividad muy reducido, que va en aumento según ganan en experiencia y aprendizaje.
En el artículo, el Banco de España apunta que las empresas establecidas pueden contribuir a la evolución de la productividad a través del crecimiento de su propia productividad o mediante la reasignación de recursos de las empresas menos productivas hacia las más productivas.
Por su parte, las nuevas empresas podrían ayudar al aumento de la productividad si cuando entran en el mercado lo hacen con un nivel de productividad superior a la media de las empresas ya establecidas. En caso contrario, perjudicarían el incremento de esta variable.
Por último, si las empresas salientes se cuentan entre las menos productivas del mercado, su cierre contribuirá positivamente al crecimiento agregado de la productividad.
ELEVADAS INVERSIONES EN LA INDUSTRIA
El Banco de España aprecia también diferencias por sectores. Así, en la industria y los servicios son las empresas establecidas las que más aportan al crecimiento de la productividad, si bien en el sector industrial las nuevas sociedades tienen una productividad similar a las de las ya instaladas, incluso en su primer año de vida.
Según el Banco de España, ello sugiere que las inversiones iniciales son relativamente importantes en el sector industrial. Por su parte, en la construcción las empresas ya establecidas presentan una aportación nula a la productividad.
El análisis por tamaños de empresa sugiere que la contribución favorable de las empresas ya instaladas viene determinada mayoritariamente por el crecimiento de las grandes empresas, pues las pequeñas realizan una aportación mucho menor, incluso sectorialmente.
Asimismo, las grandes empresas presentan un nivel de productividad mayor entre las entrantes y las salientes, si bien debe tenerse en cuenta que las fusiones y escisiones de empresas ya establecidas se cuentan como salidas y entradas, normalmente de empresas grandes. Este diferencia de comportamiento por tamaño es especialmente notable en las empresas entrantes en la industria.
De todo ello se desprende, alega el Banco, que la contribución más importante al crecimiento de la productividad corresponde a las empresas ya establecidas y es en este grupo donde las diferencias entre empresas grandes y pequeñas son mayores, siendo muy reducida la aportación a la productividad de las empresas pequeñas ya instaladas.
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