La Unión Europea debe prepararse para recibir "flujos fuertes de inmigración por mucho tiempo", ya que las diferencias económicas y de desarrollo con el Tercer Mundo son "muy grandes" como para que miles de personas de África o Asia sigan llegando todos los días al viejo continente.
Este fue el mensaje de advertencia que lanzó el diputado sueco Mauricio Rojas, de origen chileno, durante una conferencia en los cursos de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) sobre los retos y desafíos de la inmigración en Europa.
Rojas aseguró que los países europeos deben prepararse económica y socialmente para la llegada de oleadas de inmigrantes durante muchos años más y para sufrir una transformación de la población hacia la "multietnicidad".
A su juicio, Europa "no está preparada" para esos cambios porque durante siglos estaba acostumbrada a emigrar hacia otros continentes y, en cambio, ahora se encuentra con la experiencia novedosa de recibir a millones de personas de otros países y culturas.
CONTROL DE LAS FRONTERAS Aseveró que la respuesta a este problema debe ser el "control de los flujos migratorios" para que no se produzcan avalanchas que acaben generando un rechazo social y para favorecer que la entrada de inmigrantes se produzca de manera ordenada y paulatina, en pro de favorecer su integración.
Rojas sentenció a este respecto que "un gobierno que no controla la inmigración es un gobierno antiinmigración porque a la larga va a generar un odio" hacia quienes vienen de fuera y va a dificultar que los inmigrantes encuentren un trabajo.
La asimilación o el multiculturalismo "no son la solución", según dijo, porque con los medios de transporte y comunicacion del mundo globalizado los inmigrantes pueden "trasladarse a otros país y (en sentido figurado) seguir viviendo en el suyo en muchos sentidos".
Apuntó que el multiculturalismo es "imposible" porque la cultura europea "no es compatible con otras que niegan la libertad individual o la igualdad de los individuos", como ocurre con las mujeres en el mundo islámico.
Rojas, del Partido Liberal de Suecia, despreció el multiculturalismo por tratarse de "una consigna de la izquierda" que defendía las bondades de la mezcla de culturas hasta que comprobó los nulos esfuerzos por integrarse de algunas comunidades de inmigrantes.
La clave de ese problema está, en su opinión, en la diferencia sustancial que existe entre las dos generaciones de inmigrantes: unos padres con una educación antigua y "premoderna" que choca de manera "abrupta" con la sociedad "postmoderna" y "global" en la que se están educando sus hijos.
En una metáfora culinaria, Rojas propuso el "modelo de la pizza" como el método adecuado para lograr la integración de los inmigrantes en una sociedad con "una base común" sobre la que "por encima se le agregan diversos alimentos".
Finalmente, agrego que la base de esa "pizza" debe contar con un respeto a las leyes que incluya la asimilación del espíritu que las rige y los motivos que llevaron a aprobarlas.
Los comentarios están cerrados.