Los niños, la segregación laboral y el techo para la promoción laboral mantienen a las mujeres con salarios inferiores a los hombres en la Unión Europea y no hay signos claros de mejoría, según un informe que difundirá el miércoles la Comisión Europea.
El Ejecutivo del bloque dirá que las mujeres de los Veintisiete ganan un 15 por ciento menos que los hombres, según una medición del salario bruto por hora medio, frente al 17 por ciento en 1995, mostrando poco progreso en cuanto a discriminación sexual en el mercado laboral.
"No hay nada que indique que esta brecha se esté estrechando de forma significativa", según el informe, al que tuvo acceso Reuters.
"Eso no sólo es contrario a los principios fundamentales de la Unión Europea, sino que impide que el potencial laboral de las mujeres sea realizado plenamente y la consecución de los objetivos de la estrategia europea para el crecimiento y el empleo".
Las mujeres reciben menos sueldo aunque estén mejor preparadas en general, ya que casi el 60 por ciento de los licenciados universitarios son mujeres.
El hecho de tocar techo impide a las mujeres conseguir puestos destacados aunque estén preparadas para ellos y hay menos féminas en los campos más valorados como tecnología, matemática, ingeniería y ciencia, según el borrador.
Además, las mujeres tienden a encontrar trabajos peor pagados, principalmente como funcionarias, educadoras, o en sanidad o trabajo social, o también se convierten en dependientas o trabajadoras poco cualificadas.
Finalmente, la mayoría de las mujeres asumen responsabilidades familiares.
"El hecho de tener un hijo reduce permanentemente el empleo de las mujeres pero no el de los hombres. Como resultado, las mujeres tienen carreras más desordenadas que son más cortas y como resultado cobran menos", dijo el informe.
"Es una pérdida inaceptable de recursos para la economía y la sociedad que impide que el potencial productivo de las mujeres se realice plenamente", dijo.
La brecha salarial se hace más pronunciada entre las mujeres mayores preparadas y experimentadas que trabajan en grandes empresas privadas.
Las mayores diferencias se dan en Chipre y Estonia, con un 25%, mientras que en Alemania se sitúan en el 22 por ciento.
Para acabar con esta tendencia, la Comisión impulsará la igualdad salarial para que las empresas obtengan contratos públicos y pedirá a los países que establezcan objetivos y plazos para hacer algo al respecto.
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