Es de sobra sabido que los japoneses cargan con esa imagen de eternos cumplidores con dos semanas de vacaciones al año y un curioso concepto de las huelgas: protestan trabajando. Pero de lo que no se habla tanto es de la cruz de los estadounidenses: la mayoría no tiene más de 15 días libres al año y según un reciente estudio ni siquiera usan los tres días de asuntos propios que su empresa les debe.
Claro que el informe lo firma Expedia.com, conocida web de viajes muy interesada en que los estadounidenses disfruten de sus vacaciones. Pero es que también hay un grupo pro-ocio, Take Back Your Time (Recupera tu tiempo) que pide al Congreso la aprobación de una ley que asegure tres semanas de vacaciones pagadas. Su acción para proteger el descanso antes de que desaparezca se basa en una famélica cifra: "Solo el 14% de los americanos disfrutarán de dos semanas libres este año", se puede leer en la web de esta iniciativa que desafía la epidemia de workaholics y horas extras "que amenaza nuestra salud, familias, amistades y comunidades".
Eliminación paulatina
Y continúa con los datos sobre el ausente hedonismo de los norteamericanos: "Un tercio de las mujeres y un cuarto de los hombres ya no tienen vacaciones pagadas porque están siendo eliminadas igual que las pensiones". Además, muchos tienen miedo a utilizarlas porque temen ser despedidos o degradados. "La media de nuestras vacaciones se reduce en estos tiempos a un largo fin de semana", asegura este grupo.
Por eso quiere protegerlas antes de que se esfumen. Porque a diferencia de unos 127 países, Estados Unidos no tiene una ley que regule un mínimo de vacaciones remuneradas, así que los estadounidenses están en clara desventaja frente a los australianos, con sus cuatro semanas obligatorias, los europeos, que llegan hasta cinco, o incluso los nipones con dos por ley. "Nosotros tenemos cero", denuncian desde Take Back Your Time, recordando que muchos no se toman ni un solo día libre. De ahí el apodo: No Vacation Nation, ese juego de palabras que utilizó en un reciente informe el Center for Economic Policy Research para describir esta realidad.
Ahora este grupo aboga por el cambio a través de la campaña para aprobar The Minimum Leave Protection, Family Bonding and Personal Well-Being Act of 2007, una enmienda al Acta para los Estándares de un Trabajo Justo que garantizaría tres semanas de vacaciones a quienes permanecen en el mismo puesto durante un año. "El principio detrás de esta petición es el mismo que el del salario mínimo: proteger a aquellos que no se pueden proteger por sí mismos".
Así, evitaría un recorte o cancelación de las vacaciones, no las perderían al cambiar de trabajo después de un año y les permitiría disfrutar de una semana y media libre tras seis meses en el mismo puesto. Al grito de ¡Hagamos que este sea el último verano sin vacaciones en Estados Unidos!, la campaña pelea por algo tan básico como las vacaciones, que desde luego no se notan en las calles de algunas ciudades como Nueva York, donde agosto es como febrero: la misma gente, el mismo tráfico e idénticos problemas para aparcar.
Noelia Sastre
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