Solo el 1,2% de las mujeres y el 1,4% de los hombres españoles tienen un horario de trabajo "a la carta". El resto, el 84,7% y el 83,8%, respectivamente, un horario rígido. En Europa, en cambio, el porcentaje de flexibilidad es del 11% para las mujeres y del 13% para los hombres, según una encuesta de la Oficina de Estadística Comunitaria.
Únicamente las chipriotas y las portuguesas tienen horarios menos flexibles que las españolas, mientras que a la cabeza se sitúan las noruegas (26,8%). Lo mismo ocurre en el caso de los hombres. Las empresas noruegas están a la cabeza a la hora de ofrecer un horario flexible a sus trabajadores (32,1%) mientras que españoles, portugueses, holandeses e italianos se encuentran a la cola.
La flexibilidad en los horarios de trabajo es uno de los retos para conciliar la vida laboral y familiar, aspiración a la que, como defiende la Comisión Europea, deben optar hombres y mujeres en igualdad. En España la diferencia en este punto entre hombres y mujeres es del 0,2%.
LOS PADRES, PEOR Las personas con hijos son las que soportan una jornada más estricta y el nivel de rigidez también es superior entre quienes viven en pareja que entre los que viven solos. El informe constata que a mayor cualificación laboral, más oportunidades para elegir y flexibilizar el horario de trabajo.
La muestra se realizó en el 2004, antes de la entrada en vigor del plan Concilia, que apuesta por la flexibilidad de horarios en la Administración. A día de hoy, en Catalunya, el porcentaje de trabajadores que considera tener un horario rígido es, según una encuesta realizada por Treball en el 2006, del 76,6% y solo un 9% puede elegir sus horarios de entrada y salida del trabajo.
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