El desempleo y el trabajo no registrado o informal han venido descendiendo sostenidamente desde que el actual gobierno comenzó en 2003, declaró el miércoles el ministro de Trabajo Carlos Tomada.
En rueda de prensa con corresponsales extranjeros, Tomada dijo también que la conflictividad laboral se ha reducido considerablemente y que con la reanudación de las negociaciones colectivas de salarios en los últimos cuatro años, la gran mayoría de los sindicatos ha firmado nuevos convenios de trabajo con el sector patronal, casi siempre sin recurrir a medidas de fuerza.
"En lo que va del año se firmaron unos 500 contratos colectivos de trabajo, un 10% más que en igual período de 2006, que abarcan a unos 3,5 millones de asalariados, un 65% del empleo registrado", declaró.
En momentos en que Tomada hablaba con los periodistas, el gobierno informaba que el desempleo alcanzó al 8,5% en el segundo trimestre del año, en comparación con el 9,8% en el período enero-marzo. Por primera vez desde 2003 el desempleo se ubicó por debajo del 10%, tras haber alcanzado un récord del 23% en 2002, a causa de la grave crisis económica, social y política que sacudió a Argentina a comienzos de esta década.
"Por 52 meses consecutivos, el empleo registrado sigue en aumento, un dato inédito en Argentina contemporánea. Ha quedado atrás el proceso de destrucción de puestos de trabajo que caracterizó a los últimos 15 años", dijo el ministro.
El trabajo informal o no registrado, que superaba el 50% del conjunto laboral en 2003, se redujo un 10% a partir de entonces.
Tomada señaló que los planes denominados de "jefes y jefas de familia", consistentes en 150 pesos mensuales (46 dólares), que se otorgaron a partir de 2002 a para reducir el impacto del desempleo y los niveles de pobreza, y que llegaban a 2,3 millones en ese año, suman ahora unos 890.000. Sus beneficiarios, en casi todos los casos, se han incorporado al mundo laboral, en buena parte en puestos en la industria, a un promedio de 500 por día.
Según el ministro, entre 2003 y 2007 se crearon alrededor de 3,1 millones de puestos de trabajo.
Según Tomada, seguramente surgirán conflictos laborales aislados en las semanas previas a las elecciones presidenciales del 28 de octubre, motivados en parte por causas políticas. Agregó que ello podría ocurrir principalmente en sectores de empleados públicos y municipales en distintos puntos del país.
Al ser preguntado sobre el porcentaje de la fuerza laboral argentina que está enrolada en sindicatos, Tomada dijo que actualmente asciende a un 36%, lo que marca una importante recuperación, particularmente en el sector industrial.
Los sindicatos sufrieron una fuerte merma de sus afiliados la década pasada, consecuencia del cierre de numerosas empresas como resultado de la apertura económica implementada por el entonces presidente Carlos Menem.
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